Dilatoria con optimismo

Una semana de trabajo finalizó en Bruselas. Ecuador afrontó, en la sede de la Unión Europea, la segunda ronda de negociaciones con miras a cerrar un acuerdo comercial que permita proyectar a nuestros productos al mercado europeo, uno de los más grandes del planeta.

Con la diversificación de exportaciones y el crecimiento de los volúmenes de productos, los empresarios ecuatorianos mejorarían considerablemente sus niveles de ingresos y ello conllevaría sustentar miles de fuentes de trabajo.
La idea era concretar el acuerdo. Al menos esa era la aspiración del Ministro del ramo quien, sin embargo, declaró a las agencias internacionales que hubo un avance ‘muy importante’.
La Comisión Europea sostuvo que las diferencias se van reduciendo y que hay avances. En temas difíciles aún persisten las divergencias.
La idea es que antes del verano, donde en Europa todos van de vacaciones por un mes, se superen las diferencias.
Ecuador corre contra el tiempo; en diciembre vencen las preferencias arancelarias (SGP plus) que permiten que varios productos ecuatorianos gocen de ese estatus en el mercado europeo. Ecuador ha pedido la extensión en vista de la continuidad del proceso.
En esta negociación ocurre, como en los tratados de libre comercio, que nada está acordado hasta que todo esté acordado, pero persiste el optimismo. Eso le conviene al país, más todavía frente a las tensiones con la Comunidad Andina por los límites a ciertas importaciones.

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