La Asamblea Nacional da muestras de estar más predispuesta al bloqueo que a la búsqueda de salidas, soluciones o planes B para tomar decisiones adecuadas en favor del país.
El viernes, el Secretario del Parlamento anunció el archivo de la ‘Ley Antipillos’, que fue enviada por el presidente Daniel Noboa para controlar el lavado de activos.
Los ecuatorianos atraviesan una dura crisis, económica y energética, y lo que más necesita es que la Asamblea ayude a cambiar esa condiciones.
El presidente Noboa insistió en el debate de la ‘Ley Antipillos’, a lo que la Asamblea respondió que ya se pronunció con la negativa y archivo del proyecto.
La posición de la Asamblea demuestra que no está abierta a debatir los problemas que le afectan al país.
Los asambleístas conocen de sobra que Ecuador tiene un problema grave con el lavado de bienes, por parte de las mafias, el crimen organizado y del narcotráfico.
Al ser un problema real y que debe tener una respuesta, ¿por qué la Asamblea no discute alternativas o salidas a las que planteó el presidente Daniel Noboa?
Los ecuatorianos necesitan que la Asamblea Nacional trabaje en soluciones para ayudar a combatir el crimen organizado, que se ampara el lavado de activos para su financiamiento.
En estos días, las autoridades de la Asamblea Nacional han enfocado sus esfuerzos en justificar el archivo.
No se ve un debate serio y de altura de este tema y que, además, impida poner más impuestos a los ecuatorianos.
Los ecuatorianos quisieran ver a una Asamblea propositiva y comprometida con el país, que le interese debatir los problemas serios y que proponga soluciones si el presidente Noboa o el Ejecutivo no las tiene.
Sin embargo, se enfrasca en las pugnas sin sentido de país, en la pelea política, en la defensa de los intereses personales-políticos.
También se ve envuelta en la polémica y el escándalo, como el show de tecnocumbia, donde se ve a los asambleístas aplaudir y bailar animadamente. Esa es la imagen que circula en el espectro público y se percibe que la Asamblea Nacional actual no es nada diferente a la Asamblea, que fue disuelta con la muerte cruzada del expresidente Guillermo Lasso.
En estos tiempos de crisis se hace necesario tener a una Asamblea empática y dispuesta a colaborar con leyes que saquen de la crisis a los ecuatorianos.