Lo que era la inauguración de una exposición fotográfica en Ankara, Turquía, terminó en un insólito atentado mortal.
El embajador de Rusia en Turquía, Andréi Kárlov, se hallaba inaugurando una muestra fotográfico en un barrio de la ciudad turca de Ankara, donde se encuentran varias de las sedes diplomáticas acreditadas ante el Gobierno de ese país. El asesino, un ex policía, fue abatido o dominado – según versiones- y se declaró como musulmán, contrario a la intervención rusa en Alepo.
Alepo es una ciudad siria, que con el apoyo de Rusia, fue liberada por el Régimen de Bashar al Assad el jueves, mediante un bombardeo intenso. Alepo estaba tomada por los rebeldes que intentan derrocar al dictador civil.
Los grupos rebeldes que operan en Siria son muchos y de muy distintos orígenes, financiamiento y objetivos político-militares. Esta guerra civil, no sin intervención externa, ya ha cobrado 300 000 muertos. Todo además se confunde con la operación del autodenominado Estado Islámico que entró en el conflicto armado.
Lejos de Ankara, en Berlín, un camión embistió contra un mercado de objetos de Navidad. El resultado es de 20 personas muertas. El mundo se retuerce en guerras tan sangrientas como inexplicables. El componente religioso y el odio son cada vez más evidentes en zonas como las de Oriente Próximo. La sangre derramada en vísperas de Navidad estremece otra vez a las personas de buena voluntad del planeta.