Más allá de los resultados políticos de las elecciones del 23-F, cuyas repercusiones son ampliamente debatidas y lo serán por algún tiempo, en la más reciente sabatina, el presidente de la República, Rafael Correa, se refirió a los años que vendrán.
El enfoque muestra una economía obligada por las circunstancias a empeñar esfuerzos y millonarios recursos para cumplir con un propósito estratégico: el cambio de matriz energética.
Esa meta, que se inscribe en el cambio de matriz productiva, se adelanta con varios proyectos hidroeléctricos grandes como Toachi-Pilatón, y aquel que supone la inversión de la obra más grande y costosa en la historia del país: Coca-Codo Sinclair. El gran proyecto oriental lo construye una empresa china, que ha experimentado algunos retrasos en el cronograma ofrecido inicialmente.
Cuando estos proyectos estén en plena operación permitirán dejar de comprar grandes cantidades de combustibles que hoy se importan y que comprometen millonarios recursos.
El Ecuador puede constituirse en un proveedor permanente de energía eléctrica a los países vecinos.
El tema que movilizará recursos y necesitará políticas públicas en el presente bienio será el cambio de la matriz productiva. Sustituir importaciones, generar sistemas de producción propios en corto tiempo, alentar las inversiones para poner a punto todo el aparato industrial, supondrá cambios en el estilo de vida y ajustes.