La economía paralela crece en Portugal a un ritmo imparable, debido a la contundente subida de impuestos y de precios exigida por la ‘troika’ de acreedores para sanear las finanzas públicas.
En mayo de 2011, el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Unión Europea (UE) y el Banco Central Europeo concedieron a Portugal un préstamo de USD 103 000 al cambio actual con el euro, para su rescate financiero.
A cambio, impusieron condiciones draconianas a las capas medias y más pobres de la población y pasaron a supervisar la economía de este país del sur europeo, en una ‘troika’ encabezada por el FMI.
En actos casi de supervivencia, los más afectados fortalecieron aún más el auge de la economía paralela, que según datos oficiales recientes, en 2010 representaba 24,8% del Producto Interno Bruto (PIB). Y la tendencia es al aumento, debido a la fuerte crisis económica que no encuentra salida, dice un estudio de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Oporto.
Aún no existen datos oficiales de 2011, pero todos los economistas que han analizado el tema en declaraciones y debates coinciden en una subida ese año y otra durante el actual.
La razón es el creciente deterioro de la economía y trascendidos sobre un probable nuevo incremento de los impuestos, todavía no desmentidos por el Gobierno conservador del primer ministro Pedro Passos Coelho.
Aumento de precios, impuestos, aportes a la seguridad social y desempleo, además de recortes en los apoyos sociales y la atención médica, son los motivos principales para que se dispare la “economía sumergida”.
Como consecuencia, queda fuera de las estadísticas de la riqueza producida en el país un cuarto del PIB nominal de Portugal, de USD 223 700 millones.
Eso significa que uno de cada cuatro euros en Portugal se intercambia fuera de las cuentas de la riqueza nacional producida.
Traducida a cifras, la economía sumergida genera más de USD 52 600 millones, la mitad del préstamo de la ‘troika’ para el rescate financiero del país.
En términos de economía sumergida dentro de la UE, Portugal ocupa el tercer lugar. La explicación está en la elevación de los impuestos indirectos y al consumo y del desempleo. La consecuencia es una competencia de negocios distorsionada e incertidumbre en la estabilización de la economía.
Un análisis de las cifras conduce a que si la economía paralela tributase al Fisco, el déficit del PIB portugués de 2010 se hubiese limitado a 2,9 %, en vez de 9,1%. Incluso sin considerar el pago de impuestos, la suma de la economía sumergida al PIB nacional, hubiese situado el déficit en 6,9 %, 2,2 puntos porcentuales menos que lo registrado. IPS