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Los requerimientos de mayores recursos de parte del Gobierno central, como es la reciente emisión de bonos por un valor de 2 000 millones de dólares y la operación con Goldman Sachs para obtener un crédito respaldado en las reservas de oro por cerca de 400 millones, ponen en evidencia los serios problemas de liquidez y financiamiento que tiene actualmente el Ecuador.
De acuerdo a la Cepal, nuestro país mantiene a escala regional uno de los montos más altos de gasto público en la región. En relación al PIB, el gasto público del Perú es del 18,2%, Paraguay del 20,1%, Chile del 23%, Brasil del 26,3%, Colombia del 28,7% y Ecuador del 44,4%. Nosotros duplicamos las cifras de varios países de la región.
Si en estos años buena parte de este gasto e inversión pública se ha cubierto con los ingresos extraordinarios por los altos precios del petróleo, ahora resulta que esto no es suficiente. Ante la falta de recursos se está recurriendo a un delicado y riesgoso esquema de sobreendeudamiento.
Si en el 2009 el monto total de la deuda pública fue de USD 13 734 millones, al 2013 se ubica en USD 22 846 millones. Ha habido un incremento del 66,3% en apenas cinco años.
Como si fuera poco, el Ministro de Finanzas ha dicho que el nivel de endeudamiento crecerá aún más, por lo que se prevé que hasta el 2017 en nivel de endeudamiento del Ecuador llegue al 34% del PIB. En lugar de buscar otras alternativas como reducir el nivel de gasto o generar mayores ingresos a través del fortalecimiento del sector productivo y el aumento de las exportaciones, el Gobierno ha encontrado en el endeudamiento agresivo una fuente cómoda para tener financiamiento.
La economía ecuatoriana se caracteriza por mantener un patrón de especialización primario-extractivo-exportador. Su economía depende de la producción y exportación de materias primas y de productos con bajo valor agregado.
Las exportaciones son en gran parte de productos primarios (80%), encabezados por el petróleo (52%), seguido de banano y camarón. Los ingresos provenientes de las exportaciones de petróleo han sido además un factor que ha hecho que el déficit de la balanza comercial del Ecuador no haya sido mayor.
La participación promedio de la industria manufacturera no petrolera está variando alrededor del 14% del PIB y hasta hoy no ha apuntado un crecimiento considerable. La demanda interna no puede ser satisfecha por la oferta local que implica una importación masiva de bienes de consumo.
Considero que el modelo económico ha llegado al límite. Es fundamental que el Gobierno tome en cuenta la necesidad de reducir de manera drástica el gasto público. Recurrir a mayores niveles de endeudamiento, los cuales superan a la capacidad de producción y generación de riqueza de un país, es delicado.
Mucho más cuando ahora se debate un Código Monetario y sus posibles efectos en la economía.