Hoy día se cumplen los primeros 100 días de gobierno del presidente Guillermo Lasso. Aunque este lapso es muy reducido como para ver avances y logros, sí manifiesta una posible tendencia de lo que pueda pasar luego.
Uno de los principales ofrecimientos de campaña fue inmunizar en contra del covid-19 a cerca de 9 millones de personas. Esta meta ha sido casi cumplida cuando se constata que, al día de hoy, se han aplicado 18 millones de vacunas: 9,9 millones en primera dosis y 8 millones en segunda dosis. Lo realizado representa un gran logro ya que esto se hizo en muy corto tiempo e implica también un paso adelante hacia la normalización de las actividades económicas, mayor seguridad para las personas que se movilizan en transporte público y retorno paulatino a clases de miles de niños y jóvenes a escuelas y colegios.
La decisión de no participar con el Partido Social Cristiano (PSC) y UNES en el reparto de la Asamblea, aunque se ha convertido en una tarea ardua ya que hay temas que son vetados por la bancada de Pachakutik y la Izquierda Democrática, a la final ha servido para mantener sólido el capital político del Presidente y, aún más, demostrar a los ecuatorianos su vocación por el diálogo y valores democráticos.
Mientras tanto, sin que el Gobierno tenga nada que ver, la Asamblea Nacional se ha encargado de sepultar su propia imagen. La conducta de los nuevos legisladores está en cuestión, mucho más cuando comienzan a parecer evidencias de tráfico de influencias y corrupción.
Es cierto que la actual composición de fuerzas en el legislativo no le garantiza gobernabilidad al presidente Lasso. Esto está dificultando la aprobación en la Asamblea del presupuesto del próximo año, la Ley de Libertad de Expresión, la Ley de Educación Superior, las reformas laboral y tributaria, entre otras. Sin embargo, hay que reconocer que el mandato popular se inclinó para que exista diversidad en el legislativo. Eso obliga a desarrollar la capacidad de escucha y de diálogo. No lo que sugiere el presidente de la Conaie, Leonidas Iza. Un diálogo en donde se imponen los temas y los términos del mismo desde un solo lado.
En ese sentido, la ministra de Gobierno, Alexandra Vela, ha ratificado que el objetivo fundamental del régimen es “obtener acuerdos indispensables”. Y en ello se ha mostrado cauta y prudente pese a que falta mayor acercamiento con sectores políticos y sociales. El gobierno debería tomar la iniciativa y adelantarse a los hechos. Eso le puede dar mayor margen de maniobra.
Por efectos del covid-19 y de la mala gestión, Lasso heredó del anterior gobierno una triple crisis: sanitaria, económica y social. Aunque la gestión de las vacunas comienza a dar frutos, la tarea pendiente para los próximos meses es la reactivación económica y la generación de empleo, así como trabajar en los graves problemas sociales del Ecuador. Falta más gestión y resultados del Ministerio de Inclusión Social y carteras de carácter social.