Las últimas cifras del Banco Central muestran un dramático deterioro de la balanza comercial ecuatoriana. Entre enero y marzo de este año, aquella cuenta registró un saldo de -899 millones de dólares, lo que representa una caída de -291% con respecto al mismo período de 2014.
La disminución del precio del crudo explica la mayor parte de esa caída tan pronunciada. No obstante, existen otros rubros de exportación –tradicionales y no tradicionales– que también registran bajas sensibles durante el período señalado.
Es el caso de las prendas de vestir, por ejemplo, cuyo volumen de exportación cayó en -18% a pesar de que el precio promedio en el mercado externo subió en 1,6%. Otro caso similar es el los elaborados del mar que sufrieron una baja de -12%, en volumen, a pesar de que el valor de aquellos productos creció 48%, en promedio, siempre durante el período antes indicado.
Pero hay casos más graves porque su impacto en las exportaciones totales es mayor. Es el caso de las flores, cuyas ventas, en toneladas métricas, cayeron en -8%, aun cuando el precio internacional de ese producto subió 7%, en promedio, durante el período arriba anotado. Las flores representan un 9% de todas las exportaciones no tradicionales y es una industria que genera empleo, especialmente para las mujeres jóvenes de la Sierra.
El café y el atún también sufrieron caídas sensibles en términos de volumen exportado (-20% y -12%, respectivamente) a pesar de que, durante el primer trimestre de este año, los precios internacionales de esos productos subieron, en promedio, 19% y 11%, respectivamente.
Para entender las razones que llevaron a aquellas industrias a reducir su producción cuando tenían precios favorables en el mercado habría que hacer un análisis pormenorizado. Sin embargo, no es aventurado decir que hay, a nivel macroeconómico, un serio problema de competitividad en el país.
Durante los últimos años, las autoridades han impuesto una serie de rigideces estructurales que han limitado la capacidad de las empresas para producir más y mejor. Excesivos gravámenes impositivos, leyes inflexibles que dificultan la contratación de mano de obra, políticas salariales inconsistentes con las tasas de crecimiento económico y una inflación interna creciente que encarece la producción local son los principales factores que han coartado las habilidades productivas del sector empresarial.
Si los exportadores no pueden producir más cuando hay precios al alza, ¡imagínense cómo nos irá cuando esos mismos precios comiencen a bajar! Es, por tanto, absolutamente urgente e indispensable que toda la sociedad ecuatoriana –y no solo los empresarios y el Gobierno– lleguen a un gran acuerdo nacional para impedir que el aparato productivo siga estropeándose.
@GFMABest