Estuvieron cerca de 400 estudiantes de tercero de bachillerato de una veintena de colegios de Quito participando en una mesa redonda sobre el Bachillerato General Unificado, BGU. No eran unos estudiantes cualquiera, eran miembros de la primera camada de este experimento denominado BGU, que por orden del Ministerio de Educación de manera atropellada, los colegios se vieron forzados a implementarlo desde el 2011.
Llegado el momento de las preguntas la moderadora pidió que los chicos y chicas las hicieran. Unos 60 estudiantes tomaron la palabra. Otros se quedaron sin hablar por falta de tiempo. Fue una avalancha. Necesitaban hablar, desahogarse, ser escuchados.
No preguntaron. Contaron sus experiencias, denunciaron, hicieron reflexiones. Sin embargo, lamentaron que su voz se quedara allí, entre esos muros. La autoridad educativa, invitada al evento, no asistió. Rechazaron tal actitud.Las expresiones de los chicos y chicas (que se confirmaron con una encuesta) expresaron ira, desesperación, desilusión e incertidumbre.
Dijeron que el BGU fue “improvisado y desorganizado”, “los profesores no estuvieron capacitados”, “la materia de emprendimiento fue un fraude… una pérdida de tiempo”, “lo que enseñan en el BGU no nos sirve para las pruebas ENES, para acceder a la universidad”, “los estudiantes de los colegios técnicos estamos jodidos por falta de conocimientos”, “el BGU nos hizo daño”, “no me gustó desde que iniciaron con el BGU, todo lo que quería se hizo humo”, “con el BGU no se profundizan los conocimientos, nos mezclan todas las materias”.
Continúan los estudiantes: “No me gustó para nada, ya que fue muy complicado durante todo el año, y aunque yo soy buena alumna, tuve dificultades y no conseguí cupo para la U.”, “la educación es una farsa, solo los ricos tienen oportunidades”, “me siento buleado”, “cambien totalmente esta reforma… regresemos a la anterior, porque esto parece chiste”, “es buena la enseñanza en mi colegio, pero de nada sirve si no tengo universidad”, “en sexto curso, al menos en mi institución me impusieron “la especialidad” de “químico-biólogo” , la cual no me sirve para nada en mis estudios futuros. Lo barato sale caro”, “todo es un alboroto, no aprendemos casi nada”, “creo que el Ministerio debería organizar bien sus ideas antes de imponerlas en los colegios. Los alumnos estudiamos por nuestro futuro. No somos conejillos de indias, ni experimentos de ideas vagas de parte del Ministerio”.
Los altos funcionarios públicos deberían pensar con mucha responsabilidad y sensibilidad antes de tomar decisiones que tienen consecuencias graves en la vida de muchos de nuestros jóvenes, que por ahora, además, no tienen cupos en la universidad, aunque tengan notas altas en el ENES. Se acumula mucha inconformidad y bronca en las entrañas del Ecuador.