Mientras el presidente Nicolás Maduro culpa a la derecha venezolana y al imperialismo de los males que sufre su país, el desabastecimiento de productos crece y la inflación llega hasta niveles nunca antes vistos.
La situación es casi insostenible. El desabastecimiento de productos básicos ha llegado al 20% y la inflación anual ya ha superado el 54%. Si las cosas siguen así, es muy posible que se genere una crisis económica y social de grandes proporciones.
Las imágenes que vienen de Venezuela ya no solo son perchas de supermercados vacías. Ahora se ha vuelto común ver filas de personas de una y dos cuadras que aguardan por unos pocos kilos de leche en polvo, azúcar, papel higiénico o aceite. Los saqueos de locales comerciales ya no son una novedad .
Con el fin de combatir el desabastecimiento y la escalada de la inflación, el presidente Maduro ha solicitado poderes especiales a la Asamblea Nacional para legislar por decreto. Según el Presidente, “la inflación tiene origen en la especulación y en el enriquecimiento ilícito de algunos comerciantes”. Como si un problema estructural como la subida de los precios podría ser regulado de esta manera.
Y es que Venezuela tiene un problema de conducción política. Nadie se explica cómo un país con una de las mayores reservas probadas de petróleo en el mundo y dueña de una de las corporaciones más grandes en Estados Unidos de refinación y distribución de gasolina (Citgo) esté en una de sus peores crisis económicas. Parece que han servido muy poco los altos precios del crudo .
Incluso la empresa de petróleos de Venezuela (Pdvsa), la cual es vital en la generación de recursos para el presupuesto del Estado ya que financia el 90% del gasto, enfrenta agudos problemas de liquidez. Tiene a su cargo el subsidio de gasolina para el mercado interno, millonarios bonos, programas y gastos sociales, despachos de combustibles con precios preferenciales a Cuba, ventas anticipadas de petróleo a China, entre otros.
Como si fuera poco, el sector productivo se encuentra diezmado. Según datos de la Federación de Cámaras (Fedecámaras) en los últimos años de la revolución bolivariana han quebrado 200 000 empresas y 1 600 han sido expropiadas.
Eso explica que este país latinoamericano haya pasado a importar cerca del 70% de los bienes que consume. Entre los productos que ya no se produce y se importa están: arroz, café, carne de res y pollo, leche en polvo, entre muchos otros. Buena parte del desabastecimiento y la inflación se debe a la errada política de control de precios. No hay empresario que se atreva a producir.
Como si fuera poco, las trabas burocráticas generadas por la Comisión de Administración de Divisas (Cadavi) están demorando las importaciones, lo cual contribuye al desabastecimiento.
Si no se toman medidas urgentes para organizar la economía, no habrá santo que salve a su Presidente. ¡O será que ahora se le aparece Chávez y le hace un milagro!