Correa vs. Veintimilla
Echando cuentas acaba de descubrirse que como ejercicio continuo del poder el presidente Correa acaba de superar al general Ignacio de Veintimilla, puesto que ha cumplido siete años, lo cual no es poca hazaña dentro de un país acostumbrado a la inestabilidad y el cambio frecuente de los titulares del Gobierno. Tal circunstancia impone inevitables paralelismos de ambos personajes.
Para el caso, una obra clásica es la de Luis Robalino Dávila, mientras que la titulada "En el palacio de Carondelet", de Eduardo Muñoz Borrero es ciertamente más ligera.
En esta se anota que Veintimilla expulsó del poder al anterior presidente Antonio Borrero, electo en elecciones limpias, pero que renacieron los tiempos del militarismo y sus procesos expeditivos; "el palo, el látigo fueron los métodos generalizados, sea contra los civiles insumisos, sea contra inofensivos sospechosos, sea contra aquellos a quienes se tildaba de desafectos a la revolución triunfante".
Luego de meses de dictadura, cuando se habían producido al menos dos sonados asesinatos, decidió el Jefe Supremo reunir una asamblea para volver al orden jurídico formal. Las deliberaciones se tuvieron en la ciudad de Ambato y, claro, se expidió una nueva Constitución y se declaró como presidente de la República, al mismo Ignacio de Veintimilla.
El período de ejercicio se había determinado en cuatro años, pero cuando faltaba poco tiempo para que expirare, el propio Mandatario deseoso de continuar al frente del país, realizó los arreglos necesarios dentro de las tropas, para seguir en el desempeño del cargo, lo que consiguió por casi un año y medio más.
Sin embargo, el descontento se había generalizado y estalló en el movimiento al que se conoce con el nombre de 'la Restauración'. Para tomar la capital del Ecuador, se combatió ferozmente entre los dos bandos y, pese a la actividad incesante de la propia sobrina del dictador, la guapa Marietta, los 'restauradores' se levantaron con el triunfo, de donde vendría el lapso al que suele designársele como 'el Progresismo' con las sucesivas presidencias de José María Plácido Caamaño; el hijo del primer gobernante del país, Antonio Flores Jijón, verdadero ideólogo del nuevo partido que surgía entre los dos más extremos, es decir el conservadurismo y el liberalismo, y por último Luis Cordero, a quien derivaría el golpe del 5 de junio de 1895.
De alguna manera, lo más notable fue que tanto en el caso de Veintimilla cuanto en el de Correa, se han registrado períodos de bonanza económica; en el primero se debió a los altos precios del cacao, principal artículo de exportación entonces y en el del segundo, mediante las cotizaciones internacionales del petróleo 'crudo'. Inclusive ni siquiera Veintimilla dejó de ejecutar algunas obras públicas, entre las que se recuerda el Teatro Nacional Sucre, localizado en la ciudad de Quito.