Los migrantes vienen a quedarse. Hay algunos que claramente están de paso, en camino hacia Perú o Chile, pero muchísimos, aquellos que ya se han quedado unos meses en el país, es muy probable que se queden por muchos años y, nada difícil, que se queden para siempre.
Y eso no es algo excepcional de la reciente migración venezolana al Ecuador, sino que es algo común a muchas olas migratorias en la historia. Si algún español creyó que los ecuatorianos que llegaron a su país a fines del siglo pasado e inicios de este era algo pasajero y que los ecuatorianos iban a regresar a su país de origen, pues se equivocó ampliamente.
La abrumadora mayoría de nuestros compatriotas que fueron a España hace algo más de dos décadas, se quedaron ahí, incluso a pesar de los esfuerzos del mismísimo gobierno ecuatoriano de “repatriar” unos pocos.
Hace poco tuve la suerte de probar un “pan de jamón” venezolano, un plato que parecería ser una de las comidas típicas de ese país para la época navideña y la verdad estuvo bastante bueno. Pero más allá de la anécdota culinaria (un sabroso enrollado con jamón, pasas y aceitunas), fue la ocasión de ver el inicio de un proceso más de mestizaje cultural.
Porque la cultura venezolana va a estar cada vez más presente en el Ecuador e, independientemente de si nos guste o no, es importante sacar lo mejor de algo inevitable.
La sociedad ecuatoriana va a tener una mayor presencia de venezolanos y todos tenemos que buscar la manera de encontrar las oportunidades en ese cambio. Todos, tanto ecuatorianos de nacimiento, venezolanos y futuros ecuatorianos por nacionalización.
El sistema educativo tiene que acoger a la mayor cantidad de chicos migrantes, es importante que, si se van a quedar en el país, tengan la mejor educación posible, tanto en escuelas como colegios y universidades. Todos nos beneficiamos de una población educada.
Y si van a recibir servicios del Estado, sería bueno que todos tengan un RUC y paguen impuestos. Necesitamos un Servicio de Rentas Internas tan implacable con los ecuatorianos como con los extranjeros. El Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social tiene que hacer un esfuerzo por afiliar la mayor cantidad de extranjeros, no sólo para que se formalicen, sino también para que aporten a la seguridad social de todos.
Algún día tendremos personas que nacieron en Venezuela, que se nacionalizaron y que son candidatos en distintas elecciones. Ojalá sepamos elegir a los mejores. Por cierto, hay ecuatorianos que han ingresado exitosamente a la política en los Estados Unidos y en España.
Por ahora, disfrutemos de los panes de jamón, un indudable aporte a la Navidad.