La bella rubia ucraniana Natalia Poklonskaya liquidó la franquicia del Socialismo del Siglo XXI y el sueño de gobernar Ecuador por 300 años. Siendo Fiscal de Ucrania, declaró su deseo de que Crimea vuelva a la “Madre Rusia” y al día siguiente Putin, movió su ejército, sus separatistas y se anexó la península.
La OTAN pidió a los árabes que abran el grifo y el petróleo se derrumbó desde los 117 a los 26 dólares, lo que calmó una invasión rusa a mayor escala, pero también marcó la caída del “correísmo” y trituró el régimen de Maduro. Evaporado el fácil dinero petrolero en Ecuador, se terminó la fanfarrea populista y a partir del 2014 todos los indicadores sociales y económicos, que justificaban el estado de propaganda, se derrumbaron hasta en el 2017 candidatizar a un sucesor, que cobró venganza por los años de expulsión a Ginebra.
La “década ganada” exclusivamente se apoyó en excedentes petroleros y en la única propuesta económica de la izquierda, que es aumentar impuestos a los ricos; por lo que las pompas de jabón del “estado de derechos” y la “sociedad de oportunidades” estallaron revelando el derroche más atolondrado de nuestra historia. Esta nueva invasión que ordena Putin, disparará en el pie a regímenes pro rusos, igual que antes.
También suben los precios del trigo, cebada y gasolinas. Se hunden las bolsas de valores, encarece la deuda externa, los ciberataques afectarán al turismo y se frena la recuperación económica post pandemia, echando un balde de agua al efervescente verano europeo, ya que Rusia es un emisor muy importante para los países del mediterráneo, también del Caribe y en especial de Cuba. Aeroflot ya es vetada en varios países y varias aerolíneas frenarán su recuperación. En Ecuador miles de toneladas de banano ecuatoriano y millones de rosas, no saldrán del país.
En una nueva crisis económica que proviene de una guerra, viajar no es sensato, por lo que las ayudas, los alivios que nunca se dieron al Sector Turístico, vale tenerlos en carpeta.