El documento final de la Conferencia sobre el Cambio Climático, la COP26, se firmó en tiempos suplementarios, lo cual evidencia lo difícil que resulta conseguir un consenso entre 197 países que tienen intereses distintos.
Aunque un objetivo común de la humanidad es reducir los efectos negativos del calentamiento del planeta, a la hora de establecer compromisos en firme salieron a relucir intereses particulares, que restaron contundencia a la declaración final de la COP26, la cual fue calificada como demasiado pobre por los grupos ecologistas.
Pese a todos los cuestionamientos, en la cumbre de Glasgow se dio un paso hacia adelante, pequeño pero un paso al fin, en el objetivo de limitar el calentamiento global en 1,5 grados de aquí hasta el año 2100.
Uno de los puntos trascendentales de esta cumbre tiene que ver con los subsidios a los combustibles fósiles, lo cual tiene repercusiones importantes para países como Ecuador, que es dependiente de los ingresos petroleros y que sigue discutiendo la necesidad de mantener subsidios a las gasolinas, el diésel y el gas de uso doméstico.
Hay que estar claros que el mundo camina hacia una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, que son los causantes del calentamiento del planeta, lo cual marca el fin de los combustibles fósiles, con fechas que ya están definidas.
Por ejemplo, con respecto al transporte ecológico, más de 100 gobiernos nacionales, ciudades, estados y empresas importantes firmaron la Declaración de Glasgow sobre vehículos y furgonetas sin emisiones, para poner fin a la venta de motores de combustión interna para 2035 en los mercados líderes y para el 2040 en todo el mundo.
Asimismo, al menos 13 naciones también se comprometieron a poner fin a la venta de vehículos pesados propulsados por combustibles fósiles para 2040.
Hay otros datos que Ecuador debe tomar nota para orientar su economía en el mediano y largo plazos, ya que la demanda mundial de petróleo -uno de los mayores responsables del calentamiento global- irá bajando, mientras el uso de energías limpias ocupará un mayor espacio en la matriz energética de los países. Los proyectos de energía solar, eólica, biomasa, geotérmica o de hidrógeno verde recibirán mayor financiamiento internacional.
No hay duda que el mundo está caminando hacia un menor consumo de petróleo, aunque el ritmo dependerá de la decisión que cada país adopte. El financiamiento para proyectos de este tipo también será menor, por la presión de la sociedad civil y de instituciones como la Organización de Naciones Unidas, promotora de la COP26.
De aquí en adelante, los compromisos en Glasgow tendrán un seguimiento para verificar que todos los países, ciudades, empresas e instituciones financieras reduzcan sus emisiones y descarbonicen sus carteras.
La lucha contra el cambio climático implica eliminar subsidios a los combustibles fósiles e impulsar energías limpias. Mientras más rápido se empiece, mejor.