¿Será verdad tanta maravilla? ¿Será que la pandemia ya terminó, al menos para los ecuatorianos? Varios datos sugieren que sí, que la pesadilla ya pasó.
Veamos los datos más “duros”: las defunciones en exceso, o sea, aquellas por encima de lo “usual”, casi no existen. En otras palabras, las defunciones en el Ecuador están en los mismos niveles que teníamos antes de la pandemia.
Por otro lado, los datos de ocupación de hospitales están más bien bajos, al igual que de salas de cuidados intensivos. Adicionalmente, y aunque son un dato bastante sesgado, la información disponible de contagios también muestran un descenso importante. En resumen, la pandemia ya no es una amenaza relevantes para los ecuatorianos.
Otros datos, más anecdóticos, son todavía más alentadores. El 29 de marzo fue el partido Ecuador – Argentina por las eliminatorias al mundial. Se estima que hubo más de 50.000 personas y por la televisión vimos que casi todos estaban sin máscara. El hecho de que después de ese partido no haya habido un rebrote de covid es un claro indicador de que el virus ya no está en el país o de que la abrumadora mayoría de los ecuatorianos tenemos anticuerpos como para que el virus ya no nos moleste.
Y ese es el meollo del asunto: con tanta vacuna y tanto contagio, en el Ecuador hay un alto nivel de inmunidad ante este terrible bicho que tantos pesares nos ha causado.
Porque nos ha causado mucho más que eso. Lo peor es la cifra de defunciones, que llega a unos 66.000 mil ecuatorianos que fueron víctimas mortales de la pandemia. Ese altísimo valor es el resultado de restar las defunciones “usuales” de las muertes totales.
Y también nos causó la peor recesión de la historia. En su momento más malo, la economía llegó a caer casi al 14% anual, algo nunca antes visto, con la consiguiente pérdida de empleo y aumento de la pobreza.
Pero ya pasó, qué alivio.