El 16 del presente mes, luego de larga agonía falleció el estudiante del Colegio Mejía, Edison Cosíos Pineda.
El Comercio, recuerda: “Durante siete años y siete meses, Edison Cosíos se aferró a la vida. El 15 de septiembre del 2011, una bomba lacrimógena, lanzada en el interior del Colegio Mejía, lo dejó sin capacidad para valerse por sí mismo”.
El Universo, relata: “El corazón de Edison no resistió más y se paralizó la madrugada de ayer, martes 16 de abril, luego de permanecer 7 años y 7 meses en estado vegetativo. La bomba recibida durante una manifestación estudiantil, registrada en los alrededores de su plantel educativo y reprimida por la fuerza policial del gobierno de Rafael Correa, le afectó el 65% de su cerebro. Desde aquel día, Edison, entonces de 17 años de edad, permaneció en estado vegetativo”.
Los medios han informado ampliamente sobre los antecedentes de esta tragedia que afecta no solo a una familia, ni solo al Colegio Mejía sino a la juventud de todo el Ecuador.
Uno de sus compañeros, hoy abogado con reciente graduación -Renato Silva Quevedo- sin ocultar lágrimas en los ojos y quien mantuvo con Edison una gran amistad, relata su gran capacidad intelectual y liderazgo, así como su valía deportiva, entre otras virtudes.
Cuando semejante hecho luctuoso estaba palpitando en una sociedad ecuatoriana entristecida, el dirigente político Ricardo Patiño, tres veces ministro del presidente Correa, asistía a una manifestación adversa al actual Gobierno en la que, con voz firme y desafiante, manifestó: “Vamos a hacer actividades que están reprimidas”, … “tenemos que acompañar a nuestro pueblo. Y no tenemos miedo. ¡Que nos cojan presos, carajo! Luego de esta interjección, el señor Patiño fugó y la justicia, al siguiente día, ordenó apresarlo.
Este suceso debe ser analizado y valorado por la gente joven, estudiantil o no. ¿Alguien recuerda al estudiante Milton Reyes, muerto en lucha política? ¿Alguno recuerda a Isidro Guerrero, el estudiante que murió en protesta y reprimido por fuerza policial? Sin ir tan lejos: ¿cuántos conocen los nombres de los “Diez de Luluncoto”, que fueron a la cárcel por largo tiempo, asimismo por unas protestas que la autoridad calificó como delito?
Si de estos heroicos muertos nadie se acuerda, ¿qué decir de los centenares de heridos y presos que llenaron cárceles y hospitales debido a la represión por sus protestas?
La lucha y el sacrificio juvenil, apoyando causas y personas dedicadas a la política -y también a la politiquería- básicamente sirven para que algunos consigan el poder. No olvidemos que en el último comicio se presentaron 81 278 candidatos -muchos, excelentes; otros, buenos; pero otritos… ¿Cuántos habrán tenido en su mente que les darían el voto los jóvenes sin experiencia en política (mileniales)?