La economía global se está encaminando hacia una rápida recuperación. El PIB mundial, que se hundió en -3.5% en 2020, rebotaría en 5.9% y 4.4% en 2021 y 2022, y superaría así su nivel prepandemia. Sin embargo, esta recuperación no es homogénea y ha profundizado las divergencias entre países, sectores y personas, lo cual está exacerbando la desigualdad y sembrando peligrosos gérmenes de inestabilidad e incertidumbre.
América Latina fue la región más golpeada en 2020 con una caída del PIB del -6.8% y con una recuperación de 4.9% en 2021 y 3% en 2022, por debajo del promedio mundial. En Ecuador, la caída fue incluso peor (-7.8%), y, de acuerdo con las previsiones oficiales, su repunte en 2021 sería de apenas 2.8%. Este crecimiento parecería estar subestimado y seguramente tenderá a cifras cercana al 4%. No obstante, seguirá siendo inferior al promedio regional y mundial.
Los países desarrollados apoyaron con estímulos monetarios y fiscales a las familias y empresas más golpeadas. Adicionalmente, están inmunizando a gran parte de su población y reabriendo sus economías mucho más rápido que los países emergentes, ampliando la brecha de crecimiento y acceso a servicios básicos como la educación.
China ha salido mejor parada de esta crisis. Su economía siguió creciendo en 2020 al 2.3%, y espera un rebote impresionante del 8.5% en 2021 y 5.5% en 2022. A este ritmo, se estima que en 2028 el tamaño de su economía superará a la de Estados Unidos, 5 años antes de lo que se preveía anteriormente.
Las empresas tecnológicas y de comercio electrónico fueron las ganadoras: 8 de las 10 más grandes pertenecen a ese sector, y por primera vez hay 3 asiáticas. Desde el inicio de la pandemia, estos 10 gigantes aumentaron su valor de mercado en USD 4.700 mil millones, un monto mayor que el PIB total de América Latina.
Al interior de los países, las divergencias son incluso más dramáticas. De acuerdo con la Cepal, la pandemia dejó 22 millones de nuevos pobres en América Latina, incrementado la pobreza a 209 millones de personas.
En la pospandemia, se requerirá un apoyo externo masivo. El FMI tiene previsto una emisión extraordinaria de derechos especiales de giro equivalentes a USD 650 mil millones para sus países miembros. Es una excelente noticia. Sin embargo, su asignación se basa en las cuotas de cada país, por lo que casi la mitad de estos recursos irá para Estados Unidos, Unión Europea y Reino Unido, países que no los necesitan.
Una parte se “recirculará” hacia un fondo de asistencia a los países pobres, pero no hay nada específico para países de ingresos medios, como la mayoría de latinoamericanos. Es clave que estos recursos también puedan apoyar a nuestra región para evitar que las tendencias divergentes se agudicen y se conviertan en un verdadero polvorín.