Correa, ‘condenado’ a ganar

En estos días hemos oído una gran cantidad de sandeces juntas; una de las mayores es la del expresidente Correa. Frente a su sentencia condenatoria en firme, por haber creado un esquema corrupto para recibir dinero a cambio de contratos y utilizarlo en campaña, dijo que ahora están “condenados a ganar”. Se supone que se refiere a las siguientes elecciones, porque el resto ya lo ganaron a lo largo de años.

Ha empezado a usar con mayor intensidad sus relaciones públicas internacionales, construidas con dinero ajeno. Veremos, ahora sí, su mejor interpretación de víctima, aunque convenientemente se puso fuera del alcance de la justicia ecuatoriana, igual que al menos siete más de los condenados.

Mientras tanto, en el binomio presidencial es posible que se mantenga el apellido a través de su hermana. Así compensará la pérdida de derechos políticos de por vida a consecuencia del fallo en uno de los casos de corrupción que recién empiezan a ventilarse. La lista es larga y habrá que esperar sentencias, pues el dinero será algo difícil de ver.

La apuesta de Correa en el 2021 es volver al gobierno y que su movimiento tenga presencia importante en la Asamblea. “ ‘Hay que esperar que cambie la situación política, porque esto es político. Cuando cese la presión política y mediática habrá jueces que lo reviertan. Ahora no es suficiente que haya algunos honestos, han de ser heroicos”, apunta, negando que vaya a pedir al Ejecutivo que viole la separación de poderes para influir a su favor”, se publicó ayer en El País.

Correa se queja de que con el fallo le hayan quitado su proyecto de vida. Si tanto era así, debía haberse quedado para enfrentar los cargos, debía hacer su lucha desde aquí y dejar su cómoda posición de titiritero con un aparataje comunicacional bien montado y financiado. Ya veremos el poder de sus redes sociales para manipular el odio y el miedo.

Hoy vuelve a agitarse el fantasma de Julian Assange, huésped ilustre del correísmo en la Embajada de Ecuador en Londres tras desafiar a EE.UU. con la publicación de documentos secretos. Desde ahí lanzó sus ataques contra los demócratas y se enfrentó nuevamente a Hillary Clinton. No es imposible que la extradición que hoy se tramita traiga algún susto a sus generosos ex anfitriones.

Pero de vuelta a la campaña en el país, el correísmo apostará en contra del acuerdo con el FMI. No firmaron el documento en el que las autoridades y los jefes de bloque de la Asamblea tratan de dar una certeza al organismo internacional de que quien resulte presidente está dispuesto a honrar los acuerdos.

El correísmo va en contra de todo. Esta mínima estabilidad para seguir adelante no le interesa, peor aún como gran responsable de la dilapidación de los recursos y del gasto desmedido. La gente tiene mala memoria y ese es un buen punto . Condenados... a ganar.

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