Otro hecho que espeluzna de la herencia nefasta del gobierno correísta es el altísimo número de casos confirmados oficialmente de abusos y violencia sexual contra menores. No se trata de persecución política -como acostumbra a responder el prófugo de la justicia que vive en Bélgica, sin presentar pruebas de descargo- sino hechos concretos, documentados, fundamentados y presentados por el Ministerio de Educación a la Fiscalía para su investigación penal.
Resulta grave conocer que al menos desde el 2014 (en la época de quien dirigiera la educación con prepotencia mientras permitían impunidad frente a los abusos sexuales) se han descubierto hasta el momento 713 casos, 328 de los cuales fueron entregados hace poco por el actual Ministro de Educación a la Fiscalía. Casos que no tuvieron el tratamiento que correspondía y que hoy son indagados.
Según otras organizaciones serias -Plan Internacional, Grupo Rescate Escolar y la Red contra la violencia a niñas, niños y adolescentes, entre otras- dan cuenta que hay más de 1.500 casos de abusos sexuales en los establecimientos educativos. Como consecuencia de ello, hay un incremento al 78 % de embarazo de adolescentes entre 10 y 14 años. Siete de cada diez niñas fue abusada en su niñez. Esto no puede continuar.
Esta situación no significa que antes no haya habido estos casos y que además no solo se produzcan en los establecimientos educativos públicos sino en los centros privados y muchos en la familia. Este es un problema estructural, cultural, que involucra a todos, incluidos los padres de familia. Hay que admitir, hacer una auto crítica y aceptar las responsabilidades, cada cual en su ámbito.
En el régimen pasado impusieron la cultura del silencio a quienes pretendían denunciar en lugar de sancionar con todo el rigor de la ley a los responsables de los abusos, que hoy salen a luz pública. Fueron permisivos con el acoso, los abusos y las violaciones a menores. Cuántos casos archivaron y que hoy se destapan. A los responsables solo les cambiaron de funciones. No repararon con seriedad que el abuso, como señalan expertos, es una muerte en vida, que deja traumas por los daños que quedan y difícilmente se superan.
Durante el anterior régimen impusieron tanta mentira con mucha propaganda oficial y llegaron a desafiar a un país permisivo. La esposa del ex presidente de la década de la corrupción y la demolición de las instituciones, en una de sus pocas apariciones públicas, salió a defender a un violador (porque tiene sentencia condenatoria y está prófugo de la justicia) que perteneciera a un respetable colegio de la capital. Qué ejemplo se puede dar al país con este tipo de actitudes deplorables. Tan importante es la prevención como la enseñanza para tomar conciencia educativa sobre sexualidad.