Así en varias ocasiones, la más reciente en la sabatina del 2 de enero del 2016, el presidente Correa ha calificado a las radiodifusoras y los canales de televisión no alineados con su gobierno.
De los medios escritos ha señalado que son papeles impresos que ni sirven para envolver aguacates.
¿Por qué esa agresión? Supuestamente porque dan espacio y tiempo a quienes critican al Gobierno, también argumentando que en esos medios se mal informa con versiones que le afectan, lo que le lleva al Presidente a invitar que toda persona que discrepe con lo que en radiodifusoras, canales de televisión y en la prensa escrita se difunda o publique, exija espacio para réplicas y rectificaciones.
La tolerancia no es característica de gobiernos autoritarios que tienen férreamente controlados todos los espacios del poder.
Más que agredir a los medios de comunicación lo ideal sería que haya transparencia, que el Gobierno no se limite a montar un estado de propaganda para presentar como únicas verdades a sólo sus versiones, sino que la información siempre sea completa.
Por ejemplo, en el caso reciente de la eliminación del supuesto subsidio, a partir del 1 de enero del 2016, al consumo eléctrico a específicos segmentos de consumidores (USD 1,19 por kilovatio hora al solo 12% de usuarios industriales y USD 1,60 al solo 4% de usuarios comerciales, rangos correspondientes a usuarios de mediana y alta tensión), se menciona que hay un estudio técnico.
Lo ético es que se publique y no se quede la “información” en la versión-propaganda, en la que se indica que a nadie más se le cobraría incrementos. En ese estudio debe aparecer que no hay excesos de costos en la generación y en la distribución eléctrica, porque en caso contrario se estaría pagando la ineficiencia y no la eliminación del supuesto subsidio. Ni los industriales, ni los comerciantes se quedarán en asumir el impacto de los nuevos costos de energía, verán –en parte- cómo ser más eficientes para ahorrar energía; y, en parte, lo trasladarán a los adquirentes de bienes y servicios.
En las decisiones y negocios del Estado no debe haber secretismo, todo debe informarse en extenso, no solo hacerles propaganda.
Denuncias de falsedades en la presentación de las cifras públicas de inversión como la de Eduardo Valencia –junto con Alberto Acosta, especies de tutores de Rafael Correa en su campaña del 2006- en Ecuavisa, el martes 5 de enero del 2016, por ser puntuales y específicas, no deben ser contestadas con agravios sino evidenciando las cifras, para saber cuáles las correctas y cuáles los errores.
Cuán bueno sería sustituir los agravios con la transparencia. La intolerancia y la violencia usualmente son inseparables.