‘ Yo no sé si la equidad de género mejora la democracia, lo que sí es seguro es que ha mejorado la farra impresionantemente” R. F. Indignadas voces de grupos de mujeres y hombres rechazaron estas “broma” presidencial por considerarla sexista y machista, que banaliza de la lucha histórica de las mujeres y refuerza desde el poder de relaciones tradicionales de violencia y discriminación.
“No lo olvide Presidente, el machismo es violencia” le dicen en carta al Presidente, Ma. Paula Romo y otras asambleístas no gobiernistas.
Gabriela Bernal, en un artículo que ha circulado en las redes, toma la misma “ocurrencia” para denunciar el carácter patriarcal del Gobierno, de la sociedad, del Estado y de la política. “Nuestra sociedad entera se siente satisfecha, feliz de agruparse (los sábados) frente a la figura patriarcal, tan ligada por cierto a la imagen del patroncito de la hacienda, bueno, generoso, justo, castigador cuando la ocasión lo amerita… No se puede esperar tampoco que, en un país donde el sistema político ha sido construido… desde el patriarcado, … la revolución ciudadana, consiga modificar patrones culturales que históricamente han servido para preservar la dominación, para mantener a las mujeres en la casa, a los indios en la hacienda, y a todos seguros de que quien toma las decisiones lo hace por el bien de cada uno; incluso si se ejerce la violencia, es por nuestro propio bien”.
Ivonne Guzmán en su artículo “Lo mismo pero con faldas” (El Comercio 18-01-12), hace caer en cuenta que tras el “chiste machista” del Presidente puede esconderse una “terrible verdad”. La autora argumenta y describe el cuestionable y desastroso “aporte” a la democracia de muchas de las asambleístas de AP. Entonces, si a esto se refería la ocurrencia navideña de Rafael Correa, pues tenía toda la razón, ya que mujeres y hombres asambleístas de AP sumisas y casi sin criterio no son ninguna contribución a la democracia sino a la autocracia.
León Roldós en su artículo “De farra y minifaldas” (El Comercio 11-01-12), calificando de “inaceptables” las declaraciones machistas del Presidente, hace notar que el Mandatario y su equipo de propagandistas, que lo fueron también de Abdalá Bucaram, son expertos en crear temas polémicos con el propósito de desviar la atención sobre asuntos de alta trascendencia que pasan inadvertidos gracias a los distractores. Ciertamente en estos días a propósito de las minifaldas, no prestamos la debida atención a las cuestionables reformas al Código de la Democracia que facilitarán la reelección del actual gobernante.
Gran parte del pueblo y de los aduladores gozaron de los “chistes” presidenciales, como celebran las agresiones y apodos contra los rivales. La violencia es parte de nuestra cultura. Las “bromas del poder” la refuerzan, creando a su vez cortinas de humo.