Una de las propuestas que comenzó a generar debate en las últimas semanas ha sido el aumento del impuesto al valor agregado (IVA) en dos puntos, a partir del próximo año. La iniciativa es de Manuel González, uno de los cuatro flamantes asesores del Gobierno en materia económica.
El aumento del IVA es una de sus propuestas para dar sostenibilidad a las finanzas públicas. Otra es aplicar un impuesto a los altos patrimonios para cubrir los gastos que ha generado la pandemia, lo cual va en línea con lo planteado por organismos como el Fondo Monetario Internacional.
La necesidad de más ingresos se basa en que las finanzas públicas son inviables, ya que el país necesitará conseguir entre USD 8 000 y 10 000 millones de financiamiento hasta el 2025 para equilibrar las cuentas. Ese monto de recursos es demasiado alto y hay que bajarlo con nuevos ingresos y menores gastos, por ejemplo, restructurando la deuda pública o bajando la masa salarial.
En la misma línea, el nuevo Presidente del Directorio del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) lanzó la propuesta de subir las contribuciones para que los afiliados activos paguen la décimo tercera y décimo cuarta remuneración de los jubilados. Esta medida responde a la obligación de cumplir con una sentencia de la Corte Constitucional, pero es coyuntural.
El IESS, al igual que el Estado, también tiene un problema de inviabilidad financiera, lo cual también demanda de medidas para financiar el fondo de salud, garantizar el pago de las futuras jubilaciones, mejorar la atención en los hospitales, reducir la burocracia en el IESS, entre otras.
Y para resolver los problemas del IESS también se ha planteado un aumento de las contribuciones de patronos y trabajadores, que puede ser cada cinco años, además de aumentar la edad de jubilación o cobrar por servicios que hoy son gratuitos, pero que no cuentan con financiamiento.
Ahora, si bien es cierto que el Estado y el IESS atraviesan por una crisis financiera, que es insostenible si no se toman medidas, también es cierto que la corrupción se está llevando buena parte de los impuestos y los aportes que pagan los contribuyentes y los afiliados a la seguridad social.
Por eso, antes de pensar en un aumento de impuestos o de contribuciones es necesario cortar el desangre de recursos por la corrupción, que puede significar unos USD 4 000 millones anuales.
El problema es que la reducción de la corrupción es más compleja. Necesita de ciudadanos que elijan gobernantes honestos, que haya gobernantes honestos, que las instituciones sean transparentes, que haya control social, etc. Y ese cambio puede tomar más tiempo del que dispone el país para resolver la crisis del Estado y del IESS.
Lo cierto es que mientras las finanzas del Estado o del IESS sean inviables, como hasta ahora, los agentes sabrán que tarde o temprano se tendrá que corregir ese problema, es decir, el aumento de impuestos o de contribuciones será hoy o más tarde.