Es el título de la serie que, cuando vemos el primer capítulo, nos atrapa y no podemos de dejarla de ver hasta el final.
Se trata de un profesor de química, un verdadero científico. A sus 50 años, es diagnosticado un cáncer pulmonar. Su familia -una guapa esposa embarazada, un hijo adolescente que padece de una parálisis cerebral- vive en Nuevo México. Según el diagnóstico, tiene poco tiempo de vida, requiere dinero para su tratamiento y sobre todo piensa en cómo va a sobrevivir su familia frente a la fatalidad de su muerte. Empieza a producir una droga sintética de alta pureza y, de a poco, va metiéndose en ese mundo sórdido de las mafias que comercializan la droga.
La droga es metanfetamina que, según el National Institute on Drug Abuse (NIH), es un polvo blanco, cristalino, sin olor, y con sabor amargo que se disuelve fácilmente en agua o licor. Esta droga aumenta la actividad y el habla, disminuye el apetito y produce una sensación general de bienestar. A diferencia de otras drogas, es un estimulante muy poderoso con efectos duraderos que entra fácilmente al cerebro, produciendo graves daños al sistema nervioso central, en contraste con la cocaína, que el cuerpo elimina rápidamente, metabolizándola casi por completo.
Lo importante de la serie es que nos muestra descarnada y crudamente el mundo del narcotráfico; la acumulación, con riegos, de ingentes cantidades de dinero que constituyen el estímulo para producir más y más droga, a tal punto que el involucramiento es un viaje sin retorno. Los carteles con sus crueles capos, incorporan hasta niños, matan sin piedad cuando ven amenazados sus territorios y sus negocios…La mafia no perdona. La crueldad de los sicarios a órdenes de los capos no tiene límites. Cuando tienen que matar lo hacen sin inmutarse, como si fuera “un trabajo normal”.
El microtráfico es casi imposible de controlar, es una red casi fantasmal. Los “clientes” que consumen la droga son seres degradados, que han perdido la condición de seres humanos.
Igual, el lavado de dinero es parte del “negocio”. Acumulan tanto dinero, que no saben qué hacer, se hace difícil introducirlo en el torrente financiero. Sin embargo, se dan modos para “lavar” el dinero sucio e invierten en negocios que a simple vista parecen lícitos.
Breaking Bad nos deja muchas enseñanzas: como un buen profesor, padre familia apacible, se puede convertir en un verdadero monstruo; como este siniestro negocio puede desquiciar a una sociedad, involucrando desde las más altas esferas de Gobierno, igual a políticos, jueces, militares, policías y a ciudadanos de todas las edades y de todas las clases sociales.
Ecuador corre un grave riesgo si no se toman las medidas más adecuadas, sobre todo de prevención, para enfrentar este criminal negocio. No hay semana que nos informemos de la captura no solamente de cientos de kilogramos, sino de toneladas de cocaína, lo mismo de aeronaves provenientes, especialmente,de México.