Una vez en una entrevista le pregunté a Benjamín Carrión: “¿Cómo se siente un intelectual cuando participa en política activa?”. Su respuesta fue corta y clara: “Todo intelectual hace política en su actividad diaria. Pero a veces le toca meterse en la lucha electoral”. Y me contó de cuando fue candidato a la Vicepresidencia en binomio con el Dr. Antonio Parra Velasco.
Soy de profesión maestro e investigador de la Historia Nacional, pero al mismo tiempo tengo un claro compromiso político. Por eso, en décadas pasadas me ha tocado meterme en la lucha electoral. Y en varias ocasiones, con el respaldo de la gente, he sido legislador y he tratado de cumplir mis obligaciones con rigor y honestidad.
Estos días he pensado mucho en esas palabras de Carrión cuando un grupo de personajes públicos, principalmente intelectuales, me plantearon que aceptara ser candidato presidencial. Aunque en la situación difícil que vivimos parecería más cómodo no participar en política, preferí asumir el reto responsablemente y les respondí:
“En este momento de nuestra historia es urgente unificar a la ciudadanía para enfrentar un régimen de oprobio y una crisis depredadora de la vida de la gente, en especial de su trabajo. Ante esto, nadie debe desatender un llamado para servir al país. Siempre he contribuido con las más altas causas del Ecuador y pueden estar seguros de que participaré en la lucha democrática donde me pongan, sin ambiciones ni condicionamientos”.
“Desde hace un tiempo participo en el Acuerdo Nacional por el Cambio que se propone ofrecer al país una alternativa electoral unificada con un programa progresista. Quienes participamos en ese acuerdo tenemos el compromiso de definir conjuntamente una candidatura presidencial que presente a la ciudadanía una opción seria y amplia. No puedo, por ello, tomar una decisión individual, sino más bien contribuir con todo mi empeño a la unidad. Les ruego que tomen en cuenta mi compromiso y les invito a contribuir a esta gran cruzada nacional en la que ya muchas personas están participando”.
“Gracias por sus generosas palabras. Gracias por su honrosa propuesta. Sobre todo gracias por haber pensado en mi cuando han querido ofrecerle una salida a nuestra patria, cuyo futuro nos compromete a todos”.
Los próximos meses estaré participando en el esfuerzo por ofrecerle al país una alternativa para el futuro, poniendo siempre por delante el interés nacional, con una consiga que dice mucho: “cambio y fuera”. Por ello no parecería adecuado que hable de la coyuntura política en esta columna de opinión. Prefiero delimitar con claridad los campos. En consecuencia, anuncio a los lectores que desde el próximo viernes la dedicaré a otros temas de interés nacional e internacional. Ahora y en el futuro: “cambio y fuera”.