Con muy pocos días de diferencia estarán en Quito dos grandes músicos: el judío-argentino Daniel Baremboim y el estadounidense Philip Glass. Los trae la Fundación Filarmónica Casa de la Música.
Entre el 26 y el 31 de julio, el compositor residente de la YOA (Youth Orchestra of the Americas) Philip Glass hará un estreno latinoamericano de un Concierto para violonchelo y orquesta, que será dirigido por el mexicano Miguel Prieto.
La YOA participará en lo que se denomina semana de residencia artística, que incluye conferencias, clases maestras, conferencias e incluso una sesión de grabación profesional en el escenario de la Casa de la Música.
Nacido en Baltimore en 1937, Glass es considerado como uno de los compositores contemporáneos más importantes. Con un estilo minimalista, la vida de este artista siempre desata pasiones.
Nieto de inmigrantes judíos, se convirtió a la religión tibetana tras viajar a la India y conocer personalmente al Dalai Lama en 1992. Como suele ocurrir con muchos genios de la música, su primera etapa como compositor no fue bien evaluada. Los tiempos más difíciles fueron en los años 70, cuando se vio obligado a trabajar como taxista y reparador de artefactos electrodomésticos.
Además de Prieto, la YOA tiene como director al argentino Dante Anzolini. Esta orquesta, cuyo asesor principal es Plácido Domingo, está integrada por 100 jóvenes de entre 18 y 30 años de edad, de los cuales por lo menos cuatro son ecuatorianos.
Los jóvenes, seleccionados tras rigurosas audiciones, reciben una beca completa para que se dediquen exclusivamente a tocar para la orquesta. Desde que comenzaron las giras internacionales, en el 2002, ha presentado un centenar de conciertos en 17 países.
Lo mejor de todo es el repertorio, que será anunciado oficialmente mañana por las autoridades de la Fundación. El lunes 26 de julio comenzará con la Sinfonía India, de Carlos Chávez, el Concierto Para Clarinete de Aaron Copland y la Sinfonía Nº 1 de Brahms.
El 30 interpretarán West Side Story, de Leonard Bernstein, el concierto de Glass y como fondo musical nada menos que la Sinfonía Nº 4 de Gustav Mahler.
Casi no queda espacio para anunciar que el 13 de agosto, con el apoyo del gobierno español, se presentará Baremboim con un repertorio que incluye dos sinfonías de Beethoven.
Quienes nos quejábamos por la escasez de espectáculos de gran jerarquía en el país, ya no tenemos razones para reclamar. Bernstein tocó hace muchos años en el Teatro Bolívar y grandes músicos y compositores tuvieron a Quito como un destino obligatorio. Tanto la YOA como Baremboim vuelven a colocar a la capital ecuatoriana en la agenda de los grandes acontecimientos musicales.