Hasta noviembre el déficit de la balanza comercial del país marcaba USD 1 300 millones. La cifra prendía las alarmas y el Gobierno optó por restringir las importaciones en 293 ítems en rubros tales como alimentos, cosméticos, algunos insumos para la construcción y la vivienda que el Régimen considera suntuarios.
Los cupos de automóviles y CKD procedentes del exterior se mantendrán en los niveles actuales. 114 000 autos estarán disponibles para este 2014.
Lo ideal sería sustituir los requerimientos con productos fabricados en el Ecuador. Pero hay que reconocer que el montaje que supone esta infraestructura, las inversiones y la operación no son temas fáciles de implementar de la noche a la mañana. Además, se debe considerar el tamaño del mercado. Lo ideal es que, con ideas claras, se promuevan programas de largo plazo que fomenten, además, las fuentes de trabajo.
Las restricciones presionarán sobre los precios de ciertos productos importados que terminarán pagando los consumidores.
Un tema esencial será advertir que cualquier freno a las importaciones de productos europeos puede complicar las negociaciones del acuerdo comercial con la Unión Europea. El Gobierno y sus expertos en comercio exterior lo deben calibrar con precisión. La única forma de transformar a la larga la balanza comercial es promocionar activamente los mercados y mejorar nuestras exportaciones, con los efectos benéficos para la economía nacional y su impacto social.