Gracias a cifras proporcionadas por Politik, referidas a las próximas elecciones, hay temas de análisis: a) las propuestas de los candidatos; b) el número de candidatos; y, c) los veedores internacionales. Respeto a los candidatos, se aprecia que esta lid se lleva el premio a la más aburrida y apática de todas. Las ofertas de cada uno de ellos se reducen a una competencia de quién da más. No han presentado planes de gobierno que impulsen el desarrollo de la nación con vista al futuro.
En cuanto al número de candidatos, se elegirá, entre 8 binomios, al Presidente y Vicepresidente de la República; a 15 Asambleístas Nacionales entre 165 candidatos; a 122 Asambleístas Provinciales y por el Exterior, de entre 1 216 candidatos; y a 5 Parlamentarios Andinos de 45 postulantes a esa dignidad. La historia nos ha enseñado que por más que los votantes sigan una corriente política, el elegido puede, por intereses personalísimos, cambiarse de bando sin importar la tendencia ideológica que lo postuló, y sin que haya consecuencias por esa decisión. En este país la gran mayoría de electores vota con el hígado, no con la cabeza al no existir propuestas, ni debates de ideas.
Los candidatos han sido puestos a nuestra decisión por 47 organizaciones políticas reconocidas por el Consejo Electoral, de las cuales 12 tienen el carácter de nacional y 35 son provinciales.
Frente a los candidatos, estamos los electores. Hoy 11 666 478. De ese número, 285 573 residen en el exterior. Contaremos con 554 888 votantes cuyas edades oscilan entre los 16 y 18 años. Los ciudadanos concurriremos a votar en alguna de las 40 390 Juntas Receptoras del Voto.
Previamente a analizar lo relacionado a la veeduría internacional, es conocido que la autoridad electoral perdi ó toda credibilidad por su cercanía al Gobierno. Por ello, se requiere de veedores imparciales, ajenos a influencias políticas, quienes darán fe de la transparencia del acto electoral. Vendrán delegados de la OEA, Unasur, del Parlamento Andino, de la Unión Interamericana de Organismos Electorales, del Centro de Estudios de las Américas.
No se aceptó la concurrencia de delegados de la Comunidad Europea, expertos en procesos electorales limpios.
Pero se autorizó la asistencia al proceso electoral de la Unión Africana y la Liga Árabe.
¡Qué contrasentido!, dejar que vengan como veedores delegados de países árabes que viven dictaduras y revueltas callejeras. O de África, cuando lo que menos tiene son elecciones serias y pacíficas. Territorios, en fin, en los que prevalecen las armas al voto.
Se cuenta con candidatos sin propuestas ni ideas. Electores sin elementos para decidir.
Y un proceso con veedores sin experiencia… ¡adió, nos fregamos!