Que durante el gobierno del Presidente Correa se hizo y se deshizo el patrimonio del Seguro Social, ya no es novedad. “Las pérdidas por el retiro del 40% del Estado y la reducción del aporte para pensiones sumaron 8.000 millones. Jubilaciones estarían cubiertas hasta el 2053” (EL COMERCIO, 21 de diciembre de 2019)
El primer problema –o sea el 40% del aporte del Estado- se está solucionando pero cabe estar atento a la cuestión de las jubilaciones.
Suavemente, como actúan los políticos tradicionales, se anuncia que la contribución para el pago de las pensiones representa el 1.5% del PIB del Ecuador; y para el 2058 será de alrededor del 8%. Esto lo afirma el Director actuarial de investigación y estadísticas.
Mas, a continuación el estudio del especialista presenta unas “recomendaciones” para la “sostenibilidad” de la Entidad. “Una de ellas es un incremento paulatino del aporte de los afiliados del 0.5% cada 10 años, hasta llegar a un alza del 2%”. El ajuste se iniciaría desde el 2025. Como el propósito es a futuro, los afiliados dormirán tranquilos pero es muy probable que la elevación de su aporte lo aprueben antes del 2025.
No hay como creer a pie juntillas en las promesas. Apenas hace un año. EL COMERCIO (13 de enero de 2019), informó que para el año que fenece los ingresos del IESS … “no alcanzarán para cubrir el pago de pensiones, auxilio por funeral, montepío, inversiones y otros gastos fundamentales destinados a sus pensionistas” Pero como siempre los administradores encienden una luz al final del túnel, el dirigente del IESS señor Granda, consultado sobre la posibilidad de subir la contribución de los afiliados o los años de aporte, respondió que … “esto formará parte de “un gran diálogo”, al igual que el resto de soluciones a “problemas” que enfrenta el IESS. La otra medida, sugerida en diciembre de 2019, como resultado de una nueva auditoría es: “La segunda recomendación del estudio son los incentivos para que los afiliados retarden voluntariamente su jubilación, con el beneficio de tener una pensión más alta”. El caramelo es este ejemplo: si una persona de 60 años de edad y 30 años de aportes al IESS, retarda su jubilación hasta los 65 podría tener una mejora de un 5% en su pensión”. ¡Solo falta que si demora más años, la pensión le llegue mensualmente a la tumba en donde el afiliado yace!
El IESS recibe grandes cantidades de dinero por aportes de los trabajadores y de las empresas. Unas altas “autoridades competentes” se encargan de administrar ese dinero y ya sabemos que lo destinan básicamente a préstamos al Gobierno de turno. Los aportantes continuarán dando su dinero bajo la esperanza trasmitida por los administradores con un lenguaje poco comprensible: el PIB, la auditoría, la sostenibilidad, etc,etc.
¿Feliz Año 2020 para los afiliados?