El Gobierno anunció un recorte de gastos a través de un decreto de austeridad, pero el próximo año proyecta gastar más.
La Pro forma 2018, que es una especie de plan de vuelo del Gobierno para el siguiente año, muestra una reducción del presupuesto, sin embargo, una cosa es el presupuesto total y otra el gasto público. Si bien el primero baja, el segundo aumenta, lo cual evidencia que no hay mucho interés del Gobierno por ajustarse el cinturón.
En el documento que recibió la Asamblea y que deberá debatirse en los próximos días consta un presupuesto de USD 34 854 millones para el 2018. Esa cifra es unos 2 000 millones menor al presupuesto de este año, el cual fue aprobado por la misma Legislatura hace un par de meses, cuando buena parte del presupuesto ya se había ejecutado.
En la parte medular, al comparar el gasto devengado de este año con el propuesto en la Pro forma 2018 se evidencia un aumento de USD 2 743 millones, que equivale a un 11,9% más de gasto público.
Dentro del total de gastos se considera los egresos por salarios, compra de bienes y servicios, pago de intereses de deuda pública, inversiones, entre otros.
El pago de sueldos representa casi la mitad de los gastos corrientes y el 37% del gasto total. Para el próximo año se prevé un aumento del 4% en estos gastos, lo cual deja ver el mínimo impacto del decreto de austeridad, a través del cual se dispuso un recorte del 10% en los sueldos de aquellos funcionarios con mayor rango en el Gobierno, optimización en el pago de horas extras, etc.
Debido a la inflexibilidad en el gasto salarial, se esperaba un esfuerzo para bajar otro tipo de gastos, en la compra de suministros para oficina, equipos, consultorías, arriendos, etc. Sin embargo, el gasto en bienes y servicios aumentará en USD 930 millones el próximo año, 48% más que lo gastado este año.
El Gobierno quiere financiar el mayor gasto público con impuestos al sector privado, es decir, el mismo modelo de la mesa servida.