El IESS no está quebrado, pero es insostenible financieramente gracias a las decisiones tomadas por autoridades del anterior y del actual gobierno. Al Seguro Social lo han descapitalizado, le han quitado el 40% de aporte estatal para el pago de pensiones, el Gobierno no le ha pagado una millonaria deuda por Salud y le ha obligado a prestar más servicios sin el correspondiente financiamiento. También le han obligado a invertir en bonos soberanos y en proyectos estratégicos a cambio de una tasa de interés más baja que la que pagan a otros inversionistas.
Pese a eso, las autoridades dijeron que las decisiones tomadas no afectaban la sostenibilidad financiera del IESS. Pero al mismo tiempo evitaban mostrar estudios que sustenten sus decisiones. Es más, se aseguraron de que los estudios actuariales del IESS se mantengan en reserva por 15 años.
Tampoco se escucharon las advertencias que hizo la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en septiembre del 2017, cuando presentó un informe preliminar sobre la situación del IESS. Ese documento fue minimizado con el argumento de que no contaba con toda la información. Pero al final, cuando tuvo toda la información, la OIT se ratificó en decir que la situación financiera del Seguro era insostenible.
En cuatro años, solo la eliminación del 40% de aporte estatal le ha significado al IESS unos USD 4 000 millones menos de ingresos. La insuficiencia de recursos ha ocasionado su descapitalización desde el 2015. Y el ritmo de desinversión es tal que se prevé que los ahorros se agotarán en cinco años.
Si bien hay un fallo de la Corte Constitucional para restituir el aporte estatal del 40% y una orden de la Contraloría para que el Gobierno cancele sus obligaciones pendientes por salud, también hay una crisis fiscal que pone en duda esos pagos. Las autoridades actuales prefieren decir que la situación financiera del IESS es compleja, pero en realidad eso significa que no habrá plata para pagar a los jubilados, si no se toman correctivos.