Acabo de ver un filme ruso sobre Ana Karenina y me he sorprendido por su fidelidad a la novela y su excelente ambientación. Estimulado por estas impresiones, he vuelto a hojear la novela que leí hace muchos años y, de pronto, se me ha asaltado una idea inquietante: Ana Karenina es una versión rusa de Madame Bovary.
¿Qué me hace pensar de esta manera? Hay un evidente paralelismo en la historia de esas dos mujeres. Ambas tienen una idea romántica del amor; ambas tienen una activa vida social; ambas se casan con individuos que lucen buenos pero opacos; ambas son madres, Emma de una niña, Ana de un niño; ambas son infieles y arrastran a sus amantes a comportamientos verdaderamente locos; ambas sienten el peso de la sanción social y se ven aisladas del mundo que aman, aunque descubren que está lleno de envidia y maledicencia; ambas se suicidan; ambos maridos, Charles Bovary y Alexsander Karenin, crecen al final por su nobleza de espíritu y su generosidad.
¿Esto quiere decir que Tolstoi copió a Flaubert? Entre las dos novelas median nada menos que veinte años: Madame Bovary fue publicada en 1856 y Ana Karenina apareció en 1876. Me parece indudable que Tolstoi leyó a Flaubert y lo admiró hasta el punto de que su primera novela de verdad (antes había escrito solamente pequeñas narraciones) sigue la misma pauta trazada por el escritor francés en una historia inolvidable. Hay que considerar, por cierto, que hasta los comienzos del siglo XX, la originalidad no fue considerada como un valor importante en la literatura. Tampoco la historia de Hamlet fue ideada por Shakespeare, pero solo Shakespeare pudo tratarla con tanta grandeza. En el caso de Tolstoi, su mérito no se merma por reproducir una historia ya tratada por otro autor antes que él: es su manera de tratar la misma historia lo que asegura su valor indiscutible.
Porque entre las dos obras hay diferencias. Ana ama al conde Vronsky; Emma no ama a sus amantes, sino al amor, y contrae deudas impagables. Flaubert hace una crítica profunda a la burguesía provinciana; Tolstoi critica a la alta aristocracia rusa. El ambiente de cada una, por lo tanto, es diferente, y en el tratamiento de la relación del ambiente social con las personas están sus mayores méritos. Y ambas novelas incluyen historias secundarias muy distintas, pero no por secundarias menos importantes.
¿Es posible tener preferencia por una de esas novelas? Sí, desde luego, si alguien la tiene, está en su derecho. Para mí, es imposible dar a una de ellas más valor que a la otra. Ambas son extraordinarias, y lo son por su penetración en el mundo subjetivo de sus personajes al mismo tiempo que en su medio. Es por eso que ambas, siendo iguales, son distintas. Lo son por el lenguaje, por el ritmo, por el ángulo de la luz que ilumina las escenas. Lo son por todo lo que me gustaría decir en un ensayo sobre estas dos novelas. Fue publicada en 1876, o sea, 20 años después de la novela de Flaubert.
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