“Hemos incorporado nuevos hábitos a la cotidianidad. El uso de la mascarilla es un buen ejemplo. Debe convertirse en una prenda ineludible como lo es el pantalón”.
Es hora de aceptar la realidad, tal cual es, no cómo la imaginamos, o cómo quisiéramos que fuera. Si no, como es. De no entender de esta premisa, seguiremos dando palos de ciego y los problemas serán inmanejables.
Si se persiste en un combate inadecuado, como hasta ahora, el virus se quedará por mucho tiempo, y tal parece que este es el escenario más probable. En estas horas del imparable Ómicron, se anunció en Israel otra variante. Esta historia se repetirá mientras la estrategia no cambie a corresponsabilidad global, superando individualismos y nacionalismos.
Pero ¿qué podemos hacer desde lo local y marginal? Todo lo que se pueda. Una de las alternativas inteligentes es aceptar que tenemos que convivir con el virus. ¿Pero qué significa convivir con un bicho que tiene la capacidad de mutar a versiones cada vez más peligrosas? Convivir, significa aprender de él. Aprender a cambiar de manera rápida nuestra vida personal y colectiva.
Ya hemos dado algunos pasos en lo individual y familiar. Hemos incorporado nuevos hábitos a la cotidianidad. El uso de la mascarilla es un buen ejemplo. Debe convertirse en una prenda ineludible como lo es el pantalón. El viejo hábito de lavarse las manos ha vuelto. Hay otra forma de saludarse.
Pero hay cambios que tienen que darse en las relaciones y organización social. Hay que ir hacia otro uso del tiempo y del espacio, que implique modificación de los sistemas. En educación la presencialidad plena es un deber ser. Lo real es que en unos espacios es viable, en otros no. Pero lo cierto es que la niñez y juventud tienen que estudiar.
La flexibilidad de las modalidades adaptada a los contextos debe desarrollarse. El sistema híbrido es ineludible, junto a una nueva oferta educativa en el campo y las ciudades, bajo el concepto de ‘escuela de calidad cerca a la casa’, para evitar el contagio en los buses. Adecuar los horarios del proceso productivo y de la administración pública, en consonancia con el sistema educativo.