Cuando todo era optimismo y esperanza con Álex Quiñónez, en el 2012. El deportista aparece en un set de televisión. En la actualidad, sus entrenamientos son irregulares. Foto: EL COMERCIO
La primera semana de noviembre del 2015, Álex Quiñónez inició su nuevo plan de entrenamientos en las playas de Esmeraldas. Asistió cuatro días y luego desapareció. Este Diario se contactó con el atleta, quien justifica su ausencia por asuntos económicos en su familia.
“Tengo muchos problemas en casa, no tengo dinero para ayudar a mi mamá y a mi sobrino que no trabajan. He estado ayudando a mi tío, arreglando motos, esperando a ver qué pasa”. El seleccionado asegura que no ha recibido llamada de los dirigentes.
Desde noviembre pasado, el técnico Jorge Casierra no había podido mantener un diálogo directo con el velocista. En los últimos días, vía telefónica, logró contactarse con el finalista de la prueba de 200 metros planos en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
En esa conversación, el atleta de 26 años se comprometió a reincorporarse a las prácticas desde este lunes.
Su última carrera fue el Gran Prix de Barranco, realizado entre el 2 y 3 de octubre del 2015 en Lima, Perú. Allí alcanzó la medalla de plata en los 200 m planos.
Según Casierra, quien lo llevó a ser séptimo en la prueba olímpica de 200 metros, su alumno argumenta problemas familiares. Él está casado y tiene una hija. En las últimas semanas sufrió una caída y se lastimó uno de sus tobillos. “Le dije que venga, pero no llega”.
Son casi tres meses de desfase en su preparación. El técnico no sabe cómo está en su estado de salud. Por ello, el primer paso será evaluarlo en la parte física y médica.
Celso Cortez, director del Departamento Técnico Metodológico de la Federación Deportiva de Esmeraldas, define la situación del atleta como “un desajuste en la vida personal”. Por ello, hay la decisión de apoyarlo para que vuelva a las pistas y pueda clasificarse a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Casierra y Cortez se esfuerzan por recuperar al talentoso velocista, quien en Londres se convirtió en el primer ecuatoriano en ingresar a una final olímpica en los 200 metros. Allí tuvo como rival al jamaiquino Usain Bolt, múltiple campeón mundial y olímpico.
Para llegar a sus segundos Juegos Olímpicos, Quiñónez debe cronometrar 10,16 y 20,50 en las pruebas de 100 y 200 metros planos. Sus mejores marcas son 10,09 y 20,28. Esta última la registró en la carrera olímpica de Londres, en las semifinales.
El atleta confirmó para este lunes su regreso a las prácticas. Si así ocurre, el campeón sudamericano de 100 y 200 m reaparecerá en una carrera oficial en Cuenca. Allí, en el estadio atlético Jefferson Pérez, se realizará el Gran Prix Sudamericano, entre el 26 y 27 de marzo próximos.
En la planificación del 2016, elaborada por Casierra, consta el Gran Prix en Lima, Perú, que se cumplirá el 16 y 17 de abril. Esa carrera es parte de la preparación para el Iberoamericano en Río de Janeiro, Brasil, que será entre el 14 y 16 de mayo.
Por el nivel competitivo, en Río es más factible su clasificación a los Olímpicos. Pero, tiene otras dos opciones: los Gran Prix en Medellín y Bogotá, previstos para finales de mayo y mediados de junio.
En criterio de Casierra, el atleta esmeraldeño tiene condiciones innatas para conseguir todo lo que se propone. “Estamos dispuestos hacer lo que esté a nuestro alcance, pero él debe poner su parte, dejarse guiar. Nosotros tenemos la experiencia y los conocimientos”. Está convencido de que puede clasificarse a Río y dar sorpresas.
Julio Sanmiguel, miembro de la Comisión Técnica de la Federación Ecuatoriana de Atletismo, asegura que es complicado contactarse con el deportista. “Los técnicos me contaron que no se está entrenando y que retorna en estos días”. Tampoco se puede obligar a entrenar, agrega.
Quiñónez, en el 2015, se ubicó en la categoría D del Plan de Alto Rendimiento, donde recibía dos salarios básicos.