Arauz fijó reglas en la concentración de la Tri

La DT dirigió en la zona técnica durante todo el encuentro contra Trinidad y Tobago. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO.

Vanessa Arauz suele escuchar hasta 10 opiniones de sus colaboradores para tomar una decisión sobre la estrategia o la alineación del equipo titular. A la entrenadora de la Selección femenina, de 25 años, le gusta tener varios datos para tomar una decisión acertada sobre su equipo y para prevenir contratiempos durante un encuentro.
Los técnicos de élite son obsesivos con la preparación de sus equipos. Pep Guardiola puede desconectarse 32 minutos del fútbol, pero luego vuelve a pensar en el modo de atacar, de defender… de sus jugadores en el Bayern Múnich de Alemania.
Arauz no es tan obsesiva como el español o los estrategas que dirigen a un alto nivel, pero confiesa que le gusta tener información detallada sobre el rival. Esto lo aprendió en los seis años que lleva involucrada en la dirección técnica y lo demostró luego del empate 0-0 con Trinidad y Tobago, en el estadio Atahualpa. Allí dio una explicación táctica de cómo se movió la Tri y cómo lo hizo su rival.
Su preparación comenzó en el 2008 cuando se inscribió en el Instituto Superior del Fútbol de la Federación Ecuatoriana de Fútbol. Corría el mes de abril y la quiteña estudiaba en la Universidad Estatal de Guayaquil. Pero, al conocer sobre el curso para técnicos, no dudó y realizó las gestiones para inscribirse. En enero del 2011 se convirtió en la única mujer en aprobar el curso junto a 21 hombres.
Luego, fue asistente del equipo Estudiantes de Durán (segunda categoría), pasó por la Sub 17 de Ecuador hasta que llegó a ser asistente de César Zambrano en la selección absoluta femenina. El año pasado fue nombrada la entrenadora principal.
Fue el gran momento para Arauz, pero el trabajo fue tenso. Vanessa recuerda que en pleno cotejo contra Uruguay de la Copa América -en septiembre- se lesionó Katherine Ortiz. Era un momento tenso porque si Ecuador perdía por tres goles quedaba fuera de la clasificación a la fase de repesca. En ese momento, la entrenadora se hizo una pregunta: ¿Qué pasó? “Todo se desarmó en un instante”. En la cancha, Ortiz lloraba y en la banca técnica las jugadoras mostraban ansiedad por el resultado.
Arauz decidió entonces retrasar de posición a Lorena Aguilar y envió a la cancha a Andrea Pesantes. Al final, la Tri perdió 2-1, pero se clasificó a la siguiente instancia, que la enfrenta con las centroamericanas.
Ella también ha aprendido a trabajar solo con hombres en su corta carrera. En la Selección, por ejemplo, la acompañan el asistente Diego Barreto, el fisioterapeuta Hugo Terán, el preparador de goleros Miguel Santillán y el utilero Hugo Macías.
Con ellos, mantiene reglas no negociables. Ninguno puede ingresar a las habitaciones de las seleccionadas. Las jugadoras también deben cumplir con determinadas disposiciones: deben culminar sus actividades a las 22:00 y dejar a un lado sus teléfonos móviles para descansar.
Pero no todo es estricto. Con las jugadoras comparte momentos informales en el comedor o en los pasillos de la Casa de la Selección. A sus dirigidas también les muestra películas de deporte y superación.
Durante los últimos días, por ejemplo, las jugadoras observaron las películas 'Golpe bajo' y 'Desafío de gigantes'. Con esto, mantiene la motivación a sus dirigidas. Espera que ellas mantengan la confianza en el juego de revancha ante Trinidad y Tobago.
En el cotejo de ida, la entrenadora se mostró contenta con el respaldo que recibieron ella y sus dirigidas por 17 500 espectadores que llegaron al estadio. “Es la primera vez que jugamos ante tanta gente, personas que no son cercanas a nosotras. Estuvieron nuestros familiares, pero ver a esas personas nos motivó. Solo me queda darles muchas gracias y prometerles que lucharemos por volver con la clasificación para todo el país”, dijo.
La revancha será el 2 de diciembre.