Énner Valencia cabecea y pone los muslos a la altura de los hombros de Digne, que mide 1, 75m.
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Énner Valencia no solo se valió de la fuerza, la velocidad y la potencia de sus piernas para realizar el impresionante salto del minuto 40 en el empate sin goles de Ecuador y Francia.
El ‘Superman’ ecuatoriano empleó todos los músculos del cuerpo, la concentración y la determinación para elevarse a unos 75 centímetros del suelo, aproximadamente, con lo que superó a sus rivales y forzó al golero francés a realizar una vertiginosa atajada.
Esa jugada que ya ha dado la vuelta al mundo sorprendió a Félix Sánchez, entrenador de saltos de la Concentración Deportiva de Pichincha. Por su estilo, Valencia, de 1,74 metros, parece quedar suspendido en el aire, pero esto se debe a la técnica de saltar con las piernas hacia los glúteos.
El salto es superior al promedio de una persona. Tanto así que si Énner se hubiese dedicado al salto alto sería capaz de lograr una marca de 2,20 m, válida para llegar a los Juegos Olímpicos, según Sánchez. La potencia en las piernas del futbolista es una de sus principales claves.
Sánchez observó varias veces la jugada y determinó que el delantero eleva su centro de gravedad a unos 2,10 m del suelo. El centro de gravedad de las personas está 10 cm debajo del ombligo y en el atletismo es una referencia para determinar la altura de un salto.
Otro especialista en atletismo, Edmundo Hidalgo, añade que hay mucha determinación del deportista para ganar la pelota. El movimiento requirió de la fuerza y coordinación de pantorrillas, muslos, cadera, abdominales, brazos, cuello… y también la capacidad para coordinar cuerpo y mente, según el entrenador.
Raúl Ricaurte, entrenador de atletismo y amante del fútbol, también se quedó impresionado. “Valencia es capaz de elevarse más rápido que los demás y en el momento justo para cabecear”.