Los amigos de la deportista trasladaron el feretro. Foto: Xavier Caivinagua / EL COMERCIO
La tarde de este lunes 25 de mayo, la triatleta azuaya Cristina Fárez fue sepultada en un lote del Camposanto Santa Ana, en Cuenca. Unas 300 personas, entre familiares, amigos, deportistas, dirigentes y técnicos estuvieron presentes.
El momento más difícil fue cuando el ataúd ingresó al túmulo. Sus hermanas no querían alejarse del féretro y lloraban. Una de ellas, Isabel Fárez, en voz alta repetía: “Te amo, te amo, solo te adelantaste, cuidamos, pronto nos veremos, descansa en paz hermana”.
Su otra hermana y entrenadora, Cecilia, lloraba desconsolada con un ofrenda floral en sus manos. El técnico Ángel Matute fue quien pidió que descendiera el ataúd al fondo del túmulo para evitar más dolor.
Entre los presentes estuvo el excampeón olímpico de marcha, Jefferson Pérez, quien recordó que durante su tiempo de deportista también sufrió el atropellamiento de un vehículo y tuvo que ser operado.
También estuvieron nadadores, atletas, boxeadores, ciclistas…
Según Rafael Maldonado, técnico de natación, el fallecimiento de Fárez en un accidente de tránsito mientras se entrenaba, afecta al deporte en general. “Los padres de familia van a tener recelo de enviar a sus hijos a las prácticas por temor a algo parecido”.