No hay nada en la vida de Tiger Woods -salvo el escándalo sexual que le desbarató todo- que no haya estado calculado hasta el milímetro.
Y ahora, cuando el ídolo caído de Estados Unidos decide resurgir de sus cenizas y volver al mundo del golf, tampoco es el momento de dejar nada librado al azar. De ahí que haya elegido el Masters de Augusta como el escenario de su ‘comeback’, su regreso al deporte, y con ello a la vida pública tras más de cuatro meses de autodestierro.
Todos los expertos coinciden en que Augusta es el lugar más controlado del ya de por sí cerrado mundo del golf, un torneo elitista hasta el máximo y cuyos organizadores controlan al público y a los reporteros hasta el mínimo detalle, dando a los jugadores la máxima privacidad posible dentro de lo que es un torneo de esas características mediáticas.
“De ningún modo los que dirigen este torneo van a permitir que esto se convierta en un circo”, dijo al diario The Washington Post el vicepresidente de la empresa de marketing deportivo Premiere Global Sports, Robert Tuchman.
“No necesitan los dólares de los patrocinadores. No necesitan la atención mediática. (Tiger) puede estar seguro de que ese tipo de gente no estará allí. Realmente es un lugar ideal para regresar y jugar, porque jugar es la última cosa que le preocupa en este momento”, consideró en referencia al escándalo de aventuras extramatrimoniales que surgió a finales de noviembre y que destruyó su imagen personal y deportiva, costándole de paso casi todos los patrocinadores que lo habían convertido en uno de los deportistas más ricos del mundo.
“Augusta es el lugar del mundo donde realmente puedes mantener el control y (los organizadores) lo controlarán todo, desde las multitudes hasta la situación que afrontará Tiger”, coincidió el golfista Arnold Palmer.
“Si hay un lugar del mundo donde puedas hacerlo bien, ese es Augusta”. Este es el lugar además -tal como recordó Woods al anunciar el martes su regreso- donde el número uno del golf ganó en 1997 el primero de sus 14 majors.
Y, según The New York Times, los organizadores se encargarán con toda seguridad de minimizar, si no eliminar, cualquier reacción negativa de la galería al retorno de Woods”, con unos fans conscientes de que pueden perder su exclusivo pase si así lo determinan los directivos.
Una tranquilidad, coinciden todos, que Woods necesitará en el comienzo de su “largo y arduo proceso de restaurar una reputación”, subraya el Times, para el que el golfista es consciente de que “no es el héroe regresando herido, sino un héroe caído, avergonzado y en desgracia”.
Y seguro que va a haber circo mediático. Las cadenas de televisión ya se están frotando las manos por el retorno del astro del golf, cuya retirada de los torneos hizo desplomarse las audiencias.