Carlos Alcaraz se enfrenta al US Open con una mentalidad renovada, dejando atrás lo ocurrido en el Masters 1.000 de Cincinnati, donde fue eliminado en su primer partido ante Gael Monfils y rompió su raqueta en un arrebato de frustración.
“No vengo con más hambre de la cuenta para quitarme una espina que tenga clavada de Cincinnati, sino obviamente yo, a cada torneo que voy, quiero hacerlo bien, quiero ganarlo. Aparte, el U.S. Open es un torneo muy especial para mí“, explicó en una rueda de prensa, el pasado sábado 24 de agosto.
Más noticias:
El número 3 del mundo reconoció que su explosión de ira fue algo nuevo para él y para los aficionados, pero lo consideró una reacción humana. Admitió que no es algo que deba repetir, pero entiende que es normal tener momentos de descontrol emocional.
Quiere ganar otro US Open
Alcaraz, campeón de Roland Garros y Wimbledon, debutará en el U.S. Open el martes 27 de agosto, contra el australiano Li Tu.
A pesar de haber tenido poco rodaje en pista dura este verano, no está preocupado y confía en su capacidad para rendir en el torneo.
“Obviamente, me habría encantado tener más partidos en pista dura antes del Abierto de EE.UU. Pero no me afecta para nada”, consideró.
Debido a su participación en los Juegos Olímpicos de París 2024, donde ganó la plata, y a su salida prematura en Cincinnati, Alcaraz ha tenido una preparación limitada en pista rápida.
Sin embargo, no cree que esto afecte su rendimiento en el U.S. Open.
“Si miro atrás, al afrontar Roland Garros no tenía muchos partidos en tierra y fue un muy buen resultado. Y luego en Wimbledon, lo mismo. No quiero pensar que aquí va a ser igual que en los dos anteriores ‘Grand Slam’, pero no estoy preocupado de no haber jugado muchos partidos en pista dura“, apuntó.