La Súper Liga femenina 2019 tendrá una marca ‘vinotinto’

Maleyke Pacheco se sumó a Barcelona a inicios de año. Jugó  en el equipo Ñañas en el 2016, en Quito. Maryury Sánchez se desempeña como volante de contención. Por segundo año forma parte del plantel de club Ñañas de Quito. Fotos: EL COMERCIO

Maleyke Pacheco se sumó a Barcelona a inicios de año. Jugó en el equipo Ñañas en el 2016, en Quito. Maryury Sánchez se desempeña como volante de contención. Por segundo año forma parte del plantel de club Ñañas de Quito. Fotos: EL COMERCIO

Maleyke Pacheco se sumó a Barcelona a inicios de año. Jugó
en el equipo Ñañas en el 2016, en Quito. Maryury Sánchez se desempeña como volante de contención. Por segundo año forma parte del plantel de club Ñañas de Quito. Fotos: EL COMERCIO

El balón es una alternativa de vida. De ellas y sus familias. La Súper Liga femenina de fútbol, que comenzará el 20 de abril con 22 equipos, se convirtió en un gran atractivo para las jugadoras venezolanas.

Hasta el momento, cinco clubes han confirmado la presencia de futbolistas de esa nacionalidad, muchas de ellas seleccionadas nacionales. Pero, más allá de sus características técnicas, y experiencia en el alto nivel, tras la contratación están sus historias de vida.

Yeimar Cabeza llegó al Carneras UPS de Cuenca con el apoyo de su compatriota William Pinos. Él habló con el técnico azuayo Édisson Méndez y así posibilitó su incorporación al equipo salesiano.

La delantera, de 19 años, es seleccionada de su país desde el 2015. Jugó los sudamericanos Sub 17 y Sub 20. También actuó en el Mundial Sub 17 en Jordania y participó en la Copa Libertadores con Estudiantes de Guárico FC (2016).

Su vinculación al Carneras UPS se registró el año pasado. Participó en cinco partidos y marcó seis goles. Esa campaña le permitió ser ratificada para esta temporada. La jugadora recibe un salario; además los dirigentes del club le pagan la alimentación y el arriendo de un departamento.

Ella está feliz en Cuenca porque, con su profesión de futbolista, puede desayunar, almorzar y merendar. Sin embargo, cada día se pregunta: “¿qué comerán hoy mi familia y mis compatriotas?” . “La situación económica está ruda en Venezuela”. Su madre Jesusmin Gómez y sus tres hermanos están camino a Lima, Perú.

Su familia está integrada por su madre, tres hermanos (de 21, 16 y 9 años) y dos sobrinos pequeños. Ella asegura que, en Ecuador, no es fácil conseguir trabajo y por eso están en camino a Perú.

No habla de su padre porque los abandonó cuando tenía 5 años. Es oriunda de Maracay, en donde empezó a patear el balón desde los cinco años. Durante su adolescencia se dedicó al fútbol sala y de allí fue reclutada para la selección venezolana. Luego se vinculó al Estudiantes de Guárico FC.

Barcelona fichó a Alexyar Cañas, quien contactó a la entrenadora Joselyn Montaño por Instagram, cuando se enteró de la creación de la Súper Liga. La futbolista venezolana envió su hoja de vida y pidió una oportunidad para probarse en el cuadro porteño.

Cañas militaba en el Cortuluá de Colombia, hasta el año pasado. Sin embargo, debido a que se retrasó el inicio del torneo cafetero, su estadía en ese país se complicó y buscó una alternativa. Ella se desempeña como defensa y mediocampista.

No quería regresar a Venezuela, porque su familia ya salió del país. “Mi mamá vive en Quito y mi hermano trabaja en unas minas en Ibarra. Ahora, me siento más cerca de ellos y con la tranquilidad de estar en un club grande y serio”, dijo la deportista de 22 años.

Cañas tiene dos meses en Guayaquil, durante el primero realizó pruebas para quedarse en el equipo torero y desde marzo pasó a formar parte de la plantilla. Cuenta que diariamente conversa con su familia, les cuenta sobre su preparación y su adaptación al país.

Comparte el equipo con otras dos compatriotas, Maleyke Pacheco y Yohandry Monsalve. Pacheco es portera y llegó al club a inicios de año tras ser contactada por la DT Montaño, que fue su compañera en Ñañas, en el 2016.

Maryury Sánchez tiene 24 años y llegó desde Táchira, la ciudad más ‘futbolizada’ de Venezuela. Jugó el año pasado en Ñañas, “vine por mi propia cuenta. Por la buena campaña que hice, me ratificaron”.

A pesar de que recibió una oferta de un club de Uruguay, escogió Ecuador porque “tengo una licenciatura en Educación Física y el club me permite ejercer esa profesión, en las divisiones menores”, dijo.

Al momento hay 11 jugadoras que han asegurado su presencia en la Súper Liga, entre ellas, Ginelly Martínez.

Ella es una de las tres futbolistas que forman parte de Independiente del Valle, que tiene la base el plantel de la Universidad San Francisco (USF).

Hace tres años llegó al país, pero el equipo que contactó no jugó el Campeonato Nacional. Tuvo que trabajar de mesera para ayudar a su familia en Venezuela y para sobrevivir en Quito. Ingresó a la USF y volvió a exhibir talento.

Así mismo, el equipo de Guayaquil City cuenta con los refuerzos de Rosangela Páez y Dayarlis Ruiz. Otras tres jugadoras están por concretar su vinculación a clubes de la Súper Liga.