El ariete de Independiente del Valle, Stiven Plaza (centro), escapa de la marca del zaguero Luca Sosa (23). Foto: EL COMERCIO
Jugar como delantero central no estaba en los planes de Stiven Plaza. El atacante esmeraldeño soñaba desempeñarse como extremo derecho al estilo de Antonio Valencia. Sus regates y velocidad habían llamado la atención de los entrenadores de las formativas del club y por eso se quedó con los rayados.
Juan Carlos León, actual entrenador del equipo filial de los rayados, Independiente Junior (Alianza Cotopaxi), fue el encargado de ubicarlo en su actual posición. ‘Pechón’, como lo conocen en el club, vio en Plaza el delantero que necesitaba la Reserva y la Sub 18.
El año pasado lo ubicó como atacante neto en un amistoso ante la Selección de Ecuador Sub 17 y desde entonces se ganó el puesto. Ahora es uno de los arponeros revelación del torneo. En esta segunda etapa ya ha marcado seis tantos. El último lo hizo el miércoles ante Guayaquil City en el estadio Rumiñahui.
Plaza nació en Limones, provincia de Esmeraldas, pero salió a los tres años a Santo Domingo de los Tsáchilas. En esa ciudad estudió el colegio y se fue interesando en el fútbol.
“Hice de todo en el colegio. Jugaba baloncesto, fútbol y hasta voleibol. Nunca me interesó el atletismo. Fui hasta pastor en los pases del niño”, dice riendo el espigado atacante de 19 años que ya llamó la atención del brasileño Ronaldo Nazario, máximo accionista del Real Valladolid.
Pero su estilo de juego se fue formando poco a poco con los rayados. El 2017 fue un año de aprendizaje para Plaza. León le enseñó a aprovechar su velocidad y potencia a la hora de encarar a sus rivales. Ya lo hacía como extremo por derecha, pero el estratega le enseñó la forma correcta de hacerlo.
“No me gustaba ser delantero. Me acomplejaba en los entrenamientos porque no me salían las cosas. No entendía cómo jugar en esta posición. Todo era nuevo para mí”, reconoce Plaza.
Marcos Zambrano, dirigente del Norteamérica, hizo la gestión para que Plaza sea negriazul. Se contactó con los dirigentes del Independiente y con el profesor León. Ellos lo vieron jugar y dieron la aceptación definitiva.
“Zambrano me trajo a Independiente. Pero antes estuve en Aucas y Deportivo Azogues por los convenios que hizo Norteamérica”, recuerda el jugador de 19 años.
Pero la historia de Plaza en el fútbol quiteño es de vieja data. Asegura que hizo pruebas en Liga de Quito, pero los entrenadores de esa época no le pusieron toda la atención. Tras las negativas de los albos buscó oportunidad en Guayaquil.
Desde que era niño siempre se enfocó en el fútbol. Ingresó a un club de Santo Domingo llamado Semillero. Sus primeras fintas y goles fueron a la corta edad de siete años. Sus padres lo llevaron a probar suerte en la capital. Ahí hizo pruebas también en Independiente, pero le pasó lo mismo que en la ‘U’.
No fue hasta el 2017 que pudo ingresar al complejo de Chillo Jijón como jugador del plantel. A inicios de este año se proclamó subcampeón de la Libertadores Sub 20, donde fue goleador del torneo continental.
“Es un chico que recibe bien la información. Fue complicado que se adapte a su nueva posición, pero poco a poco fue entendiendo los conceptos. Ahora estamos empezando a ver lo que puede dar Plaza”, menciona León.
Sus números hablan por él. En 648 días en Independiente, Plaza ha marcado 42 goles en 71 juegos, en todos los torneos que disputó como negriazul.
Según el estratega del Alianza Cotopaxi, el delantero fue formado para ser goleador. Esto quedó en evidencia en la Libertadores que se disputó en Uruguay, donde marcó siete tantos en cinco cotejos. Esa misma racha la llevó al conjunto filial del Independiente. Con los ‘Júnior’ hizo ocho tantos en siete partidos.
“Cuando Plaza volvió al primer equipo le reclamé a Michelle (Deller). Le dije que nos habían dejado huérfanos y sin goles. Es que Plaza tiene potencial para llegar lejos”, puntualizó León.