Leonel Kunchikiai (izq.), María Antun y Emmanuel Saant, antes de viajar al Panamericano. Foto: cortesía de Solanya Vera
Emmanuel Saant Sanchim es el orgullo de los habitantes de la parroquia de Sevilla Don Bosco, en Morona Santiago. Con sus títulos panamericano y sudamericano de judo, obtenidos hace tres semanas en Córdoba, Argentina, confirmó que se trata de un seleccionado de gran proyección.
Incursionó en el judo a los 12 años y con cuatro meses de preparación se estrenó con una medalla de plata en los Juegos Binacionales Perú-Ecuador.
En su debut nacional consiguió una presea de bronce y de ahí en adelante el representante shuar empezó a lucirse. Él posee algunos títulos nacionales.
Emmanuel quedó huérfano de padre a los 8 años. Desde entonces su madre, Luz María Sanchim Warush, se convirtió en su apoyo incondicional para que continuara en la actividad deportiva. Ella es empleada doméstica y lo que gana sirve para mantener a una parte de su familia.
Con Luz María viven tres de los nueve hijos: Emmanuel, Álex (13 años) y Jared (7).
Estos dos últimos también practican judo. Álex fue medallista sudamericano en Perú, en el año 2017. Sus otros hermanos son casados y tienen sus hogares, incluso uno vive en Quito.
Por sus éxitos, Emmanuel y Álex tienen becas de USD 90 y USD 70, que entrega la Federación Deportiva de Morona Santiago. Así lo confirmó Solanya Vera, quien es la formadora de los judocas de Sevilla Don Bosco. Ahora ambos se entrenan en Macas, con el técnico Homero Campoverde.
Por la obtención de los títulos Panamericano y Sudamericano Sub 18, Emmanuel recibió la noticia de que pronto ingresará en el Plan de Alto Rendimiento de la Secretaría del Deporte. Vera contó que “él y su madre están felices porque con esa ayuda mermarán sus preocupaciones”.
En su edad escolar, el campeón panamericano y sudamericano de judo soñaba con convertirse en un futbolista profesional. Durante seis años practicó fútbol y cumplía la función de volante derecho. En las categorías menores representó a la parroquia Sevilla Don Bosco.
Emmanuel está convencido que todo lo conseguido es fruto del sacrifico realizado en los últimos tres años. También destaca la ayuda incondicional de la entrenadora Solanya Vera, su principal impulsadora, quien incluso le facilitó dinero para que pudiera competir.
“Mi sueño es ser campeón del mundo y clasificarme a unos Juegos Olímpicos. Sé que no será fácil, pero entrenaré el triple si es necesario”.
Emmanuel es un agradecido con su madre. “Es una mujer luchadora, que siempre se sacrifica por sus hijos, pese a nuestros caprichos ella está para socorrernos”.
En Argentina, Leonel Kunchikiai ganó dos medallas de bronce: una en el Panamericano y otra en el Sudamericano.
María Antun fue quinta. Ellos también son de la etnia Shuar.