Un brillante Rafael Nadal venció por 6-4, 6-2 y 6-4 al sueco Robin Soderling, ayer, en la final del Abierto de Tenis de Francia disputada en el ‘court’ central Philippe Chatrier de Roland Garros.El vencedor, que se lanzó a llorar tras su merecido triunfo, vuelve hoy a ocupar el primer puesto de la clasificación profesional. Desplaza al suizo Roger Federer, quien fue eliminado en cuartos de final por Soderling, también verdugo de Nadal en los octavos de final del 2009.
“Me gustaría agradecer la presencia de la Reina (Sofía) y de las autoridades españolas. A toda la gente de Roland Garros. Muchas gracias al torneo y a mi equipo que me ha apoyado mucho (…)”, expresó Nadal.
El partido duró dos horas y 18 minutos. En el primer set, tanto Nadal como Soderling comenzaron con intercambios muy potentes. En el cuarto ‘game’, cuando todo parecía darse para que el nórdico, de 25 años, hiciera el ‘break’, todo cambió.
Nadal, de 24 y llamado el rey de la tierra batida por sus cuatro títulos anteriores en París, se repuso cerrando el punto con un largo ‘passing’, en 3-2, para luego ponerse 4-2 con su servicio.
A pesar de los fuertes golpes, Nadal jugaba más suelto y mantenía a su rival en el fondo y moviéndolo de un lado al otro.
Los dos cometieron algunos errores, que por momento deslucían un poco el juego, pero la tensión en la cancha y en las tribunas eran dignas de un duelo de esta categoría. En el noveno juego, el sueco multiplicó sus yerros.
La hinchada parisina estaba de su lado: “¡Robin, Robin!”, canturreaba la mayoría.
Nadal no tuvo problemas para ganar el primer parcial por 6-4 en 55 minutos de juego.
No sacó a 228 km/h como su rival, pero sus golpes fueron más técnicos y variados y, a falta de fanáticos franceses, contó con un nutrido grupo de españoles en las tribunas, liderado por la Reina.
En el segundo juego de la segunda manga, al ibérico le costó mucho guardar su servicio, y el tenista de Tibro desaprovechó cuatro bolas de ‘game’ (1-1) . Pero, de manera algo sorpresiva, mostró toda su clase y logró un quiebre para luego ponerse 4-2.
Luego, en el 5-2 lograría un nuevo quiebre para cerrar el set 6-2 en 39 minutos. El trofeo se acercó al manacorí por quinta vez en su aún joven carrera, además, su séptimo Grand Slam (junto a Wimbledon y Australia) .
En el tercero, Nadal logró el ‘break’ en 1-0 y, con alguna dificultad, se puso 2-0. Después se colocó 4-2 con su saque, mientras tanto su adversario lo triplicaba en faltas directas, y finalmente cerraría en 6-4 tras 44 minutos.
Aquí, Nadal mostró el mejor repertorio de su tenis: ‘passings’ imposibles cuando parecía vencido, ‘drops’ inalcanzables e incluso un buen manejo de su punto más débil, el saque. Soderlin, aunque su saque era potentísimo, apenas marcó siete ‘aces’ (puntos de saque), la misma cifra de Nadal.
“Para mí es mucho más que un sueño volver a estar aquí luego de un año difícil”, confesó el español, quien se ha recuperado de un bajón que lo llevó del primero al cuarto casillero del escalafón.