En Quito se juega el torneo en los estadios Olímpico Atahualpa, Casa Blanca y Gonzalo Pozo. Foto: Archivo / EL COMERCIO
El fútbol dejó de ser una actividad preferida para los residentes de Quito y los valles durante los fines de semana. Así lo demuestran los números.
Los clubes sienten el alejamiento del hincha de los estadios y eso se refleja en el ingreso económico de Liga Deportiva Universitaria, El Nacional y Universidad Católica. El descenso va del 10 al 64%.
Los dirigentes enumeran algunas razones: la violencia de las barras, la falta de espectáculo, la gran cantidad de partidos que se ofrecen en la televisión (sábados y domingos), la crisis económica y el precio de las entradas.
La directiva de Liga de Quito admite que en el 2016 hubo partidos con recaudaciones bajas y, por los altos gastos de programación, no hubo ganancias. Por ejemplo, contra Mushuc Runa, en la última fecha del 2016: asistieron 2 000 personas.
“Influye mucho la campaña y el rendimiento del equipo en la asistencia. En el 2015 que jugamos la final hubo un buen ingreso, pero el año pasado tuvimos cuatro o cinco programaciones a pérdida”, manifestó Rodrigo Paz, dirigente albo.
Otra de las causas es la pérdida de protagonismo de los clubes de Quito. Entre el 2012 y el 2016, Barcelona y Emelec se han turnado como campeones. En el 2015 LDU jugó la final del campeonato, pero el título se fue para Guayaquil.
El Nacional también padece por la falta de respaldo en las gradas. El seguidor de los puros criollos no apoya al club. “El año pasado peleamos el cupo a la Copa Libertadores y el hincha no nos acompañó en el estadio Atahualpa”, reconoció el DT Eduardo Favaro.
Durante el 2014 y el 2015 se vendieron más de un millón de boletos en los estadios de Pichincha. En el 2016, en cambio, se registraron 872 128 boletos vendidos en 87 partidos.
Marcelo Argüello, especialista en marketing, señaló dos causas específicas: la calidad del espectáculo y el precio de los boletos. “USD 10 y 15 es un precio alto para nuestro medio. Una familia de cuatro personas necesita USD 60 solo para ingresar al estadio, a ello hay que sumar los gastos de comida y movilización. Con la mitad de eso puede disfrutar de un día en el parque”. Puntualiza que la gente paga un precio así cuando existe un producto de calidad y con valor agregado.
Los aficionados tienen sus argumentos para no asistir. Sebastián López, hincha de Liga de Quito, dejó de acudir al estadio por la campaña y el fútbol que mostró la ‘U’. “Uno salía molesto. Con mi familia preferíamos ir de paseo. Un equipo puede perder, pero el año pasado no jugaba a nada. Creo que deben revisar el precio de las entradas”.
En El Nacional los hinchas no respaldan la gestión del presidente del club, Tito Manjarrez. “La anterior dirigencia incluía atractivas presentaciones artísticas. Eran un complemento. Además, uno iba por ver a Carlos Tenorio, por ejemplo. Ahora no hay un solo futbolista que nos motive a ir al fútbol”, reconoce Víctor Hinojosa, de la barra Marea Roja.
En la administración de Jorge Yunda (2013-2015) los hinchas, con su asistencia cubrieron el 35% del presupuesto, este año la proyección es del 15%. En el caso de Liga de Quito, cubría el 25%, pero el año pasado solo llegó al 10%.
En El Nacional decidieron jugar los partidos de local en el estadio Gonzalo Pozo, en el sur. Lo hicieron basados en un informe que reveló que la mayoría de hinchas del rojo habita en el sur de urbe. En el juego contra Independiente del Valle solo se vendieron 954 boletos.
U. Católica, este año, vendió solo 285 boletos en el cotejo contra Delfín.