Diego Cuvi, PF de Católica, examina los resultados del delantero Henry Rúa. Ramiro Ballagán, doctor de Independiente, evalúa al lateral Luis Ayala. Foto: EL COMERCIO
Diego Cuvi, el ‘ironman’ y preparador físico de Universidad Católica, invita a Henry Rúa a subirse en la balanza Tanita, una herramienta de precisión que arroja indicadores sobre la composición corporal.
El aparato determina cuánta agua y grasa tiene el cuerpo. Está conectado a una interfaz desde la cual Cuvi toma un papel, similar a un voucher de tarjeta de crédito, con los resultados de la evaluación.
Rúa está bien físicamente: tiene un porcentaje de grasa del 10%, pesa 70, 7 kilos y mide 1,90 m. Cuvi asiente con la cabeza al ver los resultados. Luego, le pregunta al exdelantero de Azogues con qué peso se siente más cómodo para jugar. Rúa encoge los hombros y exclama un “no sé”.
Entonces, el preparador físico lo aconseja: “tú, como jugador profesional, tienes que conocer bien tu cuerpo. Tienes que saber con qué peso juegas mejor. Pregúntale a cualquiera de tus compañeros”.
El conocimiento del cuerpo y el mantenimiento de una dieta adecuada a las exigencias de una profesión tan física como la de futbolista son aspectos fundamentales. Por ello, en los clubes, el monitoreo del peso es permanente. Los cuerpos médicos y preparadores físicos también están pendientes de las dietas de los jugadores, sobre todo en las concentraciones antes de los partidos.
Controles periódicos en los equipos de Pichincha
Ramiro Ballagán, el médico de Independiente, estableció como protocolo realizar tres controles antropométricos de los futbolistas: al inicio de la pretemporada, en la mitad del año y al final del torneo. Para realizar dicha evaluación, el galeno utiliza un kit de antropometría denominado Calibre argentinos. Este le ayuda a realizar mediciones corporales a los futbolistas y determinar el peso ideal.
La medición determinó que Luis Ayala, el lateral izquierdo del equipo, tiene un peso ideal de 81 kilos. El futbolista cuenta que en cada entrenamiento puede perder hasta dos kilos, por la deshidratación producida por el esfuerzo físico. En un partido, -según los especialistas consultados- un jugador podrá perder hasta tres kilos por el trajín del juego.
Para mantenerse en su peso, Ayala mantiene un estilo de vida sana: desayuna un batido de leche con proteína, una tostada y fruta. Luego del entrenamiento del miércoles, en su casa le esperaba un consomé de pollo, un segundo compuesto por una porción de arroz, ensalada y pescado a la plancha. En la noche tomaría un té reductor de grasa y cereal.
El inicio del año siempre pone en apuros a los cuerpos técnicos. En El Nacional, el técnico Octavio Zambrano decidió no alinear en las primeras jornadas al lateral Édder Fuertes, quien registraba un sobrepeso de ocho kilos. El futbolista fue sometido a una estricta dieta y ha logrado reducir sus kilos combinando buena alimentación y exigentes ejercicios al mando del preparador físico Norberto Salamanca.
En Deportivo Quito, el preparador físico Andrés Ladani dio hace dos semanas una charla de nutrición a los futbolistas. Lo hizo tras analizar un reporte realizado por el médico Pablo Cisneros respecto al estado físico del plantel. En la charla, Ladani recordó a los futbolistas la importancia de desayunar bien y recomendó la mayor ingesta de carbohidratos en los días previos a los partidos.
El profesional uruguayo está maravillado con la cantidad de frutas disponibles en el país.