El cuadro parisino de dueños qataríes apostó a ganar el torneo e invirtió en los mejores jugadores, pero está cerca de quedar fuera. Fotos: AFP/ EFE.
Desde el 2011, cuando Jasim Al Thani, príncipe heredero del emirato de Qatar, decidió comprar el PSG francés, el equipo ha intentado insertarse en la realeza del fútbol mundial. Lo hizo a punta de petrodólares comprando a los mejores jugadores, llevando a entrenadores prestigiosos como Carlo Ancelotti o Laurent Blanc para darle forma a una idea cuyo final feliz debe ser levantar la Champions.
Sin embargo, el dinero no parece ser suficiente para alcanzar la felicidad y la gloria. El cuadro parisino está a punto de quedarse fuera de los octavos de final del certamen europeo. Mañana, a las 14:45 de Ecuador, se medirá con el Real Madrid, en un juego válido por los octavos de final de la Liga de Campeones.
El cuadro francés llega al juego mermado, estresado y con dos factores claves en contra: la ausencia por lesión de su estrella Neymar, contratado esta temporada por USD 262 millones, la cifra más alta pagada por un futbolista. El otro punto que debilita a la oncena francesa es el marcador: cayó 3-1 en Madrid, en donde ya evidenció síntomas de flaqueza, pues no supo mantener su ventaja inicial.
La Champions como meta y como salvación
Antes del inicio de la Champions, el diario español Marca publicó un listado con los presupuestos de los equipos participantes. El PSG era el segundo en la lista, solo por detrás de otro de los nuevos ricos del Viejo Continente: el Manchester City. El cuadro inglés, dirigido por Josep Guardiola invirtió USD 1 051 millones en su plantilla. El PSG lo sigue muy de cerca: el jequeAl Thaniy su delegado, el extenista y ejecutivo qatarí Nasser Al Khelaifi cuentan con una plantilla en la que invirtieron 1 047 millones.
En el último mercado de verano, el equipo realizó dos movimientos financieros que evidenciaron su poder. Saint Germain gastó 484 millones de dólares en la adquisición de Neymar Júnior y de Kylian Mbappé, considerados los dos relevos naturales de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, en la pugna por ser el mejor jugador del mundo.
Por Neymar se pagó 262 millones, en una conflictiva negociación con el Barcelona. El cuadro parisino canceló la cláusula de rescisión del futbolista, que aún mantiene enredos legales con su exequipo por el pago de primas pendientes. En cambio, por Mbappé, el equipo parisino tiene que cancelar este año 222 millones al Mónaco. Con la presencia de los dos jugadores, más una plantilla repleta de jugadores de élite como Edinson Cavani, Ángel di María… el equipo esperaba asaltar al trono de la Liga de Campeones.
Sin embargo, el camino ha estado repleto de problemas y baches. La clasificación a cuartos de final peligra, pero además la UEFA empezó a investigar las cuentas del equipo, que debe cumplir con las reglas del Fair Play financiero. Esta norma establece un proceso de transparencia en los ingresos y egresos y la imposibilidad de endeudarse más allá de los presupuestos declarados.
Tras fichar a Neymar y a Mbappé, equipos como el Madrid y el Bayern pidieron indagar las cuentas del PSG, según informó El País de España. El camino a la gloria del PSG sigue siendo tortuoso.