Jhoan López, durante su exhibición con el trompo en la parroquia cuencana de Ricaurte. Fotos: Manuel Quizhpe / EL COMERCIO.
Jhoan López llegó a Cuenca por invitación del GAD Parroquial de Ricaurte, que entre el 8 y 10 de noviembre del 2019 celebró las festividades de su patrono: San Carlos Borromeo. Como parte del programa de fiestas, el habilidoso colombiano hizo exhibiciones con el trompo.
Cientos de personas se concentraron el sábado 9 y domingo 10 de noviembre en la cancha de uso múltiple de la parroquia rural de la capital azuaya para admirar las destrezas de López. Su reto es conseguir que los niños dejen los celulares y se inclinen por los juegos tradicionales: con trompo, yoyo y balero.
‘El celular les está dañando la mente a los niños, adolescentes y jóvenes”, aseguró el ‘paisa’ de 28 años, quien practica el trompo desde hace 22 años. Durante ese tiempo ha recorrido el mundo en diferentes ferias y certámenes mundiales, como ‘Freestyle’ Trompo.
Es hijo de padre colombiano y madre ecuatoriana, tiene una habilidad increíble con el trompo y la piola o cuerda. Quienes observan sus exhibiciones quedan asombrados, como ocurrió en la parroquia cuencana de Ricaurte. Lanzó el trompo por los aires, lo hizo bailar en la uña y en sus labios. Uso trompos de diferente tamaño, el más grande tenía un peso de dos kilos y era de madera.
Según López, “tengo un récord mundial de exhibición, dándole cuerda al trompo durante cinco horas, sin dejarlo caer”. En sus demostraciones usa trompos que pesan entre 10 y 20 libras. Para mantener esa habilidad practica entre cinco a seis horas al día. Su mejor éxito, dice, es conocer muchos países del mundo.