Beber Espinoza nació para brillar sobre los cuadriláteros. Para perfeccionar su talento y esperando que aquello le sirva como gancho para continuar con sus estudios, a los 12 años dejó su natal Vacas Galindo (Imbabura) y se desplazó para Quito.
Con el paso del tiempo formó parte de la Selección Nacional de Boxeo. Vistiendo el uniforme tricolor alcanzó 18 títulos nacionales. Más tarde se convirtió en cuatro veces campeón del mundo en kick boxing, una de sus especialidades. Practicando ese arte marcial también consiguió 12 títulos locales, dos panamericanos y dos bolivarianos.
Actualmente trabaja como entrenador; estudió Tecnología deportiva. A su gimnasio -ubicado en el norte de la ciudad- llegan chicos de bajos recursos económicos ‘rescatados’ de los vicios como el alcohol o las drogas. Beber siente gran simpatía por ellos, y para ayudar a más jóvenes espera abrir una sucursal de Águila Negra Fighting Club en Imbabura.
Al momento ha entrenado a cerca de 100 chicos. Algunos de ellos son dueños de centros de acondicionamientos, mientras que otro -del que prefiere reservar su nombre- se convirtió en campeón del mundo de kick boxing representando a Alemania.
A pesar de la ‘fama’, Beber es una persona sencilla y carismática. Disfruta del tiempo en familia y le gusta bailar; tiene seis hijos: tres hombres y tres mujeres.