Melvin Díaz (18), Tito Valencia (11), Juan Carlos Paredes, Felipe Mejía y Luis Congo salen de la cancha cabizbajos. El cuadro criollo perdió la categoría tras caer ante Orense. Foto: Twitter
Las alertas comenzaron al final de la temporada 2018. El Nacional descendió luego de aquel torneo, pero no jugó la Serie B por un cambio en las reglas impulsado por LigaPro. El organismo rector del Campeonato hizo para el 2019 un torneo con 16 equipos y no con 12 como hasta ese momento.
Entonces, los dirigentes del cuadro criollo respiraron aliviados. Pero las fallas de una estructura caduca siguieron allí y los malos resultados volvieron a aparecer: dos años después El Nacional volvió a bajar de categoría.
En el 2021, el otrora cuadro glorioso del fútbol ecuatoriano, 13 veces campeón local, cuna de talentos como José Voltaire Villafuerte, Fabián Paz y Miño, Antonio Valencia y Christian Benítez, jugará en la B. Este es su tercer descenso, tras el de 1979 y el citado del 2018. El 20 de diciembre del 2020 se confirmó su derrumbe: tenía que ganar en Machala y esperar que Liga de Portoviejo no se imponga a Aucas. Ninguno de los dos resultados se produjeron.
A El Nacional, la suerte le abandonó hace mucho. Ayer atacó y atacó, con enjundia, con más ganas que juego, pero no pudo vencer el arco de Orense, correctamente custodiado por Rolando Silva.
La suerte abandonó al equipo: uno de sus jugadores más destacables en la campaña, Ronal de Jesús introdujo en su propio arco el balón, a los 67 minutos, en un empeño por frenar una acción de juego.
No hubo fuerzas o rebeldía para sacudirse. El efecto sicológico del tanto minó las ganas y las ideas de la plantilla dirigida por el ‘Cielo’ Villafuerte, el quinto entrenador de la plantilla durante esta temporada.
Al mismo tiempo, en el estadio Reales Tamarindos, Liga de Portoviejo venció al Aucas por 3-2. Los criollos precisaban que ‘La Capira’ no lograse los tres puntos y además ganar al Orense, pero las dos variables fueron una quimera. Pese a su triunfo, el elenco manabita también jugará en la B.
El Nacional desciende por pecados cometidos durante esta campaña y por fallas que la institución venía acarreando en el tiempo. Sus dirigentes fueron incapaces de sortear el inconveniente producido en el 2007, cuando una decisión de la Corte Constitucional privó al club de seguir contando con los aportes mensuales obligatorios de los militares en servicio activo y pasivo.
La decisión generó que El Nacional no recibiese anualmente USD 1,5 millones. Los directivos nunca supieron llenar ese hueco financiero y siempre apelaban al argumento de aquella pérdida como uno de los elementos centrales para que el club haya perdido protagonismo, en el momento de armar buenas plantillas.
Desde el 2008 en adelante, El Nacional convivió con la mediocridad y, con escasas ocasiones como en el 2016, en donde terminó tercero, siempre se mantuvo en puestos marginales del Campeonato.
En campañas como las del 2012, por ejemplo, tuvo que esperar hasta la última fecha del certamen para salvar la categoría. En aquella ocasión, el club venció 2-0 a Técnico Universitario en Ambato. Los protagonistas de aquella gesta recuerdan la emotiva charla del entonces utilero Manuel Cortez, ya retirado del club, que sirvió como inspiración para pelear y salvarse.
El exentrenador de El Nacional, Edison Méndez, también dirigió al equipo en el 2020. Archivo/EL COMERCIO
Pero en la actual crisis del equipo quiteño, no había oradores inspirados, ni juego que alcance para frenar la desdicha. El Nacional era una bomba de tiempo, con problemas financieros y de gestión.
La presidenta Lucía Vallecilla llevó adelante una administración marcada por las polémicas y por la poca tolerancia. El equipo empezó con el técnico colombiano Eduardo Lara al mando. Solo estuvo cuatro partidos en el equipo y dejó su cargo luego del confinamiento.
Lo reemplazó el argentino Jorge Montesino, que estuvo durante un buen tramo de la segunda etapa del torneo. Pero fue cesado y el encargo se trasladó a Javier Rodríguez, exseleccionador ecuatoriano, que solo dirigió tres compromisos.
Lo reemplazó Édison Méndez, que solo fue el DT en dos partidos. ‘Kinito’ no pudo dirigir el compromiso ante Guayaquil City (28 de noviembre), pues el club fue sancionado por no llegar a acuerdos con sus acreedores.
Pedro Quiñónez recibe la camiseta de El Nacional de las manos de la presidenta Lucía Vallecilla. Foto: Archivo
El Nacional perdió los puntos sin jugarlos, con un marcador de 3-0 y a partir de ese momento empezó a perfilarse como el gran candidato al descenso. La historia siguió con sinsabores: Vallecilla despidió a Méndez, intentó contratar a Marcelo Zuleta, pero, al final, el encargo quedó en manos de José Villafuerte.
El caos llegó a su punto cumbre, el pasado miércoles, cuando dirigentes y jugadores tuvieron un entredicho en la vereda del complejo de Tumbaco por los sueldos atrasados.