El futbolista Luis Estupiñán, en un entrenamiento con la Selección Sub 20 en Polonia. Foto: David Paredes / EL COMERCIO
Los abrazos y las palabras que recibió Luis Estupiñán al final del partido ante Italia, por el tercer puesto del Mundial Sub 20, lo fortalecieron.
Ese llanto en los hombros del DT Jorge Célico fue de desahogo. Sintió que dejaba en la cancha del estadio de Gdynia, en Polonia, todas las frustraciones y temores que tenía.
La imagen conmovedora se hizo viral. A su arribo a Esmeraldas lo llamaron de varias partes del mundo. Querían conocer la causa de esa desconsoladora escena en la que aparece sosteniendo la medalla de bronce en sus manos y cabizbajo, mientras el resto de sus compañeros celebraba.
“Recordé a mi padre. Recordé todo el esfuerzo que tuve que hacer para llegar hasta acá”, dijo días después de haber protagonizado una de las imágenes más conmovedoras de la Tri Sub 20 en Polonia.
Apenas estuvo de vacaciones cuatro días. Llevó su medalla a Esmeraldas para entregársela a su padre y descansar junto al resto de su familia. Después de los días libres, volvió a Mushuc Runa, en Ambato, esperanzado en tener un lugar estelar en el equipo.
Mientras jugaba defendiendo a la Tri en Polonia, en Ambato cambiaron de entrenador. Geovanny Cumbicus, quien lo proyectó en el equipo de Primera en el 2018, dejó el banquillo del ‘Ponchito’. Esto significaba empezar de nuevo para el extremo por izquierda.
“Desde que llegué no he tenido minutos en el primer equipo. No he sido convocado para los últimos juegos de la LigaPro. Me llamaron para el partido de la Copa Ecuador, pero no pude ir porque tenía el almuerzo con el presidente Lenín Moreno”, dice Estupiñán.
Volver a los entrenamientos con el Mushuc Runa no fue fácil. Los primeros días sentía más cansancio que lo habitual.
Además, el estilo de trabajo del nuevo timonel Martín Cardetti es distinto y no tuvo ese mes de ‘pretemporada’ en la que sus compañeros pudieron conocer los nuevos métodos de entrenamiento.
“Pensé que con lo que se hizo en el Mundial íbamos a tener más espacio en los clubes. Los otros chicos sí lo han tenido, pero eso no me preocupa”, dice el esmeraldeño.
En el último mes, Estupiñán apenas ha jugado un partido con la Reserva frente al América de Quito. “Lastimosamente, no he entrado en los planes del nuevo DT y todavía debo adaptarme a su estilo de juego. Sigo trabajando para que me vea y me tome en cuenta”.
El esmeraldeño fue campeón de la Serie B el año pasado. En la actual LigaPro ha disputado 10 partidos. Solo fue suplente en cuatro ocasiones.
Su sueño es jugar en Liga de Quito, Barcelona o Emelec. Incluso ofreció disculpas a su padre, que es aficionado de El Nacional. Pero ese anhelo estaría lejano.
Después de la Copa del Mundo recibió propuestas de otros clubes, menos de los clubes del Astillero. “Mi empresario me comunicó del interés de clubes de Portugal. Lo único que yo le pedí es que verifique si esas personas son serias”, asegura el extremo del ‘Ponchito’.
El viernes lo llamaron para pedirle una copia de su pasaporte. Con algo de temor e incredulidad, avisó a su empresario para que verifique esa información. Tiene miedo que lo engañen con falsas propuestas y que al final no se concreten. Por eso, está tranquilo en el cuadro de Tungurahua, donde ya tiene conocidos y la gente lo detiene en la calle para pedirle autógrafos.
Anoche debía presentarse a la Casa de la Selección para el segundo microciclo antes de los Juegos Panamericanos. Le ilusiona conseguir una medalla de oro en Lima y luego clasificarse a los primeros Juegos Olímpicos con la Tri. Se apoya en el trabajo del DT Célico.
“Los que quedamos terceros tenemos mayor responsabilidad en la Selección. Porque debemos demostrar todos los días por qué fuimos de los mejores en el Mundial. Además, haber conseguido la medalla nos pone como favoritos en el torneo”, aseguró Estupiñán.
Biografía. Nació en Esmeraldas el 13 de mayo de 1999. Mide 1,70 m y tiene 20 años. Juega como volante ofensivo por el costado izquierdo
Trayectoria. Pasó por las menores del Cuniburo y del Petrolero. Llegó a Mushuc Runa en el 2017 y logró el ascenso el 2018.