Ojalá que este ‘Monumentalazo’ en Buenos Aires no sea otra ‘Hazaña de La Plata’, ojalá que no sea solo un triunfo estadístico y anecdótico que al final del camino no sirvió para clasificarse.
De esos partidos está llena la historia del fútbol ecuatoriano. Se verá si esta alegría es el punto de partida de un proceso cobijado por la diosa Niké y no un espejismo que solo haya servido para olvidarnos un rato de la crisis de nuestro balompié.
Lo que sí verdad es que el ‘Monumentalazo’ ha contribuido para reivindicar a algunos nombres que, por diversas razones estaban en entredicho. Lo bello del fútbol está en su faceta reivindicatoria y quienes se han tomado revancha tras un período de sombras son Gustavo Quinteros, Antonio Valencia, Felipe Caicedo y Pedro Quiñónez, todos señalados y todos artífices de este triunfo.
Pero falta un nombre, el de Frickson Erazo, el central que ha cargado el enorme peso que significa reemplazar a Iván Hurtado. Ha sido una sombra larga la que ha tenido que superar el ‘Elegante’ (hasta su apodo es una fatal referencia al Bam Bam), sobre todo tras un 2014 repleto de críticas, tanto en la Tri (¿dónde estaba en el contragolpe de Suiza?) como en Flamengo, donde coleccionó bloopers.
Ahora es distinto. Erazo es titular en Gremio y está demostrando que sí merece triunfar en el exterior. Su aplicación, su gol en Buenos Aires y su actitud inquebrantable lo consagran como el mejor defensa del país. Que así siga.